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ANA CLAUDIA NEPOTE,
ARNULFO BLANCO Y ROBERTO LINDIG-CISNEROS
Relaciones biológicas para restaurar
Una de las formas de acelerar la recuperación de los bosques de oyameles es realizar campañas de reforestación, que para los oyameles consiste en plantar arbolitos producidos en viveros, de 6 a 18 meses de edad. Pero en muchas ocasiones la mortalidad de las plantas en edad joven es alta, lo que obliga a hacer reforestaciones sucesivas para lograr, con el paso de los años, la cobertura arbórea deseada;5 un proceso largo y costoso. Sin embargo, aplicar el conocimiento existente acerca de la interacción de los organismos vivos suele ser muy útil para efectos de la recuperación ecológica. Revisemos un poco esta información.

Históricamente, los estudios de ecología se han enfocado preferentemente en entender las relaciones negativas que se tejen entre especies, tales como competencia por un recurso, depredación y parasitismo, en las cuales una especie se ve favorecida a costa de otra u otras; pero también existen interacciones positivas en las cuales los individuos se benefician mutuamente, o bien, al menos una especie se beneficia y la otra no se ve afectada; a este tipo de interacciones llamamos mutualismo.

Por ejemplo, algunas plantas dependen de interacciones mutualistas con animales para sobrevivir y viceversa: las plantas producen frutos con olores y/o colores atractivos para aquellos animales que consumen frutos, de modo que, al alimentarse con ellos, dispersan las semillas de las plantas –principalmente, mediante sus heces–, permitiendo que nuevas plantas se arraiguen en lugares favorables donde puedan crecer y desarrollarse.

Otro ejemplo de esta asociación mutualista ocurre entre ciertas hormigas y una planta; la primera noticia acerca de esta situación fue ofrecida en 1651 por el naturalista Francisco Hernández, quien informó que las plantas de Acacia vivían en “asociación con hormigas muy feroces”.6 El investigador se refería tal vez a las hormigas de la especie Pseudomyrmex ferruginea, las cuales viven en las espinas huecas de una planta cuyo nombre científico es Acacia cornígera, pero no sólo son huéspedes, sino que, además, se alimentan de unos pequeños glóbulos secretados por la planta, ricos en glucógeno –habitación y víveres, no está mal, ¿cierto?–; sin embargo, las hormigas, a cambio de estos servicios, aportan protección a la planta de otras que pueden crecer sobre ellas y de voraces herbívoros que se comen las hojas, los tallos y hasta las flores de las acacias. Las hormigas producen ácido fórmico que alerta a las demás hormigas cuando un intruso está cerca de la planta, entonces se muestran muy agresivas atacando y ahuyentando a los depredadores con mordidas y aguijonazos.

Las relaciones entre los organismos han sido tipificadas y forman parte de la estrategia de la restauración ecológica. Veamos algunos ejemplos: la relación establecida entre los polinizadores (aves, insectos…) y las plantas es un buen ejemplo de interacción positiva. Otra son las micorrizas, nombre dado a la asociación simbiótica entre ciertos hongos y las raíces de algunas plantas y, de la cual ambos organismos se benefician.

El nodricismo es de particular interés para acciones exitosas de restauración, el cual se define como la presencia de una planta, generalmente un arbusto, que crea condiciones favorables bajo su copa para el establecimiento de otras especies vegetales, aunado a esto, otras plántulas que comienzan a crecer bajo la protección de la planta nodriza crean con el tiempo condiciones favorables, ya sea para encontrar comida o refugio. En algunos casos, debajo de estos arbustos se deposita hojarasca y nutrimentos que facilitan el desarrollo de las plántulas que se forman a partir de las semillas atrapadas por la materia orgánica acumulada. Además, gracias a la sombra que provee el arbusto, se reduce la temperatura y la evaporación del agua del suelo debajo de su copa. Por todas estas ventajas, el nodricismo ha probado ser un mecanismo útil para la restauración de estepas, zonas áridas dominadas por cactáceas columnares, zonas semiáridas y vegetación de tipo mediterráneo.
Bosque
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