Justamente durante uno de los cursos abiertos realizados en el INAOE, en el que participó personal de Comex, surgió la iniciativa de crear para dicha empresa el Laboratorio de Evaluación Visual de Color; esto ocurrió en 2003.

“En abril de 2006 les propusimos un proyecto de diseño del laboratorio en el que pueden implementarse al menos 14 de las pruebas que Comex hace a sus productos antes de liberarlos para producción.

”Principalmente, lo que se les propuso fue evaluar sus pinturas con luz natural, y como no es lo mismo evaluar el producto con la luz del sol directamente que bajo la sombra, entonces se construyó un pozo de luz en donde pudieran tener luz difusa la mayor parte del día.

”De hecho la propuesta de este laboratorio tiene que ver con el principio de un microscopio newtoniano, en donde se tiene un espejo principal que colecta luz, la refleja y manda al secundario para formar una imagen. Pero aquí no queremos formar imágenes, solamente iluminar, así que colectamos la luz mediante paneles orientados con las coordenadas que sigue la eclíptica, o sea, la ruta aparente del Sol en las coordenadas geográficas donde se puso el laboratorio.”

La luz colectada por los paneles (los cuales son de concreto, están pintados de blanco y se encuentran en la parte superior del edificio) es enviada al interior de la construcción, cuyas paredes son grises y tiene un texturizado para garantizar que la luz sea neutra en color y difusa, o sea, que no haya reflejos para evitar una errónea apreciación de cómo se ve un color.

“En el área de iluminación con luz difusa hay paneles de 2.40 por 1.20 metros (en donde se colocan las muestras de pintura que se quiere evaluar). Estos paneles tienen diferentes grados de inclinación; el ángulo de inclinación está calculado para tener la mejor reflexión. Conforme avanza el día y la posición del sol cambia, puedo usar diferentes paredes de esta zona para evaluar las condiciones de iluminación a distintas horas del día.”

En el proyecto original, confiesa la doctora Jazmín Carranza, se tenían considerados cuatro paneles colectores de luz, pero Comex decidió eliminar uno de ellos, con lo cual “perdieron homogeneidad. Si hubieran respetado el diseño original, tendrían cuatro paredes con luz difusa, ahora sólo tienen dos”.

Además del área de luz difusa, el laboratorio inaugurado por Comex en Tepexpan, Estado de México, el pasado mes de enero, cuenta con una sección de iluminación con luz artificial. “En este cuarto obscuro, como yo lo llamaría, es en donde cada uno de los paneles de 2.40 por 1.20 son iluminados con lámparas fluorescentes, cada una de las cuales tiene tres luminarias: una para luz cálida (luz rojiza), otra con luz promedio y una más con luz azulosa. Esta área puede ser útil para igualar un color cuando el tipo iluminación cambia.

“En el edificio tenemos también dos pasillos de 12 metros, uno va de norte a sur y otro de oriente a poniente para evaluar cómo se ve un color; no es lo mismo la orientación norte-sur que la oriente-poniente. Ambos pasillos tienen pergolados para evaluar el efecto de luces y sombras sobre el color.

”Lo interesante de este laboratorio es que ahora pueden evaluar cómo se aprecia un color con luz natural o con luz artificial. Por qué es importante esto, porque el evaluador final del color (pintura), el que compra los productos es un observador humano. Entonces explotar en diferentes condiciones de iluminación los productos es importante, porque puedo ver cómo se va a ver la aplicación final.

“Un diseñador, un arquitecto, una persona de control técnico de calidad podrá ver la muestra de una pintura en diferentes condiciones, con diferentes tipos de luz, diferentes direcciones, ángulos... una pintura no se ve igual cuando el sol está entrando que cuando está en el cenit, o cuando la luz viene rebotada de un pasillo”.