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Enero-Febrero 2012
Hélix
Entrevista

LOURDES A. BAÑUELOS

FELIPE APARICIO PLATAS
De cohetes fallidos a química teórica

Felipe Aparicio Platas

Felipe Aparicio Platas es licenciado en Química por la BUAP, y doctor en Ciencias por la UAM Iztapalapa. Hizo una estancia posdoctoral en el Laboratoire de Physique de la Université de Bourgogne. Es cofundador del Departamento de Ciencias Naturales de la División de Ciencias Naturales e Ingeniería de la UAM Cuajimalpa. Sus áreas de interés son la química y biofísica teóricas.

De niño experimentaba con lagartijas para averiguar cómo se podrían obtener sus pequeños
esqueletos, también intentó diseñar un instrumento para predecir sismos, aunque el contacto definitivo con la ciencia fue una lectura que lo inspiró a estudiar química, por ahí entró al fascinante mundo de la investigación.

El primer contacto de Felipe Aparicio con la ciencia fue en la escuela primaria y le trajo como consecuencia un castigo. “Recuerdo que había que diseñar un ’cohete espacial’ construido con cerillos y papel aluminio. La maestra nos pidió el material, y justo antes de empezar el experimento se salió del salón, pero ya estábamos muy inquietos…, y decidimos empezar a armar y encender los pequeños cohetes. Todos los experimentos fracasaron porque estaban mal armados, eso provocó una terrible humareda dentro del salón. Cuando la maestra regresó, lo encontró lleno de humo y preguntó por el responsable. Aunque yo había sido el autor intelectual, nadie dijo nada, hubo una gran solidaridad de mis compañeros y por esa actitud nos castigaron a todos”.

“No obstante mi temprano interés en los fósiles y los experimentos químicos, para mí fue traumático el encuentro formal con la química, porque en la secundaria me obligaron a aprenderme la tabla periódica sin ningún contexto, explicación o antecedente histórico. Y no fue sino hasta que inicié la preparatoria cuando la química me atrapó, a través de la lectura de Petroquímica y sociedad (Colección “La Ciencia desde México”), de Susana Chow. Así que, al terminar la preparatoria, yo ya sabía que tenía que acercarme a la química”, cuenta el doctor en Ciencias.

También recuerda que fue en esa época cuando empezó a dudar entre estudiar física, química o matemáticas porque todas estas ciencias le atraían y pensaba que cualesquiera de ellas le permitiría entender los fenómenos que le interesaban: la química del petróleo, el futuro de los hidrocarburos, la ingeniería petrolera; por eso se trasladó de Puebla a la Ciudad de México, para ver qué opciones había. Llegó a la conclusión de que era a partir de la química que podría acercarse a la física y a las matemáticas conservando su interés principal: el petróleo.

QUÍMICA CON LA QUÍMICA
Felipe Aparicio reconoce su gran amor por esta ciencia y dice nunca haberse sentido decepcionado: “de hecho se ha cumplido lo que soñé: moverme en diferentes campos científicos, incluso abordando la historia y la filosofía de la ciencia, áreas que también me apasionan”.

“La química es una ciencia bondadosa, como todas las ciencias exactas, que permite moverse dentro de los diferentes campos del conocimiento humano con la única limitación, por decirlo de alguna manera, de manejar el lenguaje propio de cada uno. Además, tiene las herramientas conceptuales y metodológicas, desde el enfoque que le he dado, que me permiten colaborar con matemáticos, físicos (especialmente los físicos moleculares) y biólogos”.

En este momento el trabajo del doctor Aparicio se concentra en estudiar las propiedades físicas y químicas de sistemas con interés biológico: desde moléculas pequeñas hasta biomoléculas (por ejemplo las proteínas). Concretamente lo que busca es entender el comportamiento físico-químico de este tipo de sistemas, usando herramientas de la química teórica, con un interés específico en el diseño de nuevos materiales para las industrias farmacéutica, cosmética o de polímeros. Con su trabajo busca diseñar modelos teóricos para describir sistemas químicos con estas aplicaciones.

“Todo lo que sucede entre átomos, como sus enlaces y las rupturas de éstos, puede describirse con un lenguaje matemático basado en la química cuántica y traducirse a un lenguaje computacional –explica Aparicio Platas–. Hoy eso le da vida a la química computacional; ésta ha cobrado mucho auge porque es una aplicación de la química teórica que permite obtener en tiempos relativamente cortos la información que en el laboratorio requeriría demasiado tiempo. No estoy excluido del trabajo en laboratorio, pero, antes de pasar a eso, tengo aún mucho por resolver en la parte teórica y computacional. Con las tecnologías de cómputo actuales y con el manejo de los sistemas a nivel nanométrico se refuerza mi interés por explicar, entender y describir las propiedades de los materiales a ese nivel”.

EL CAMINO DE LA MULTIDISCIPLINA
Aparicio Platas explica que, durante su carrera, ha querido comprender cómo ocurren las transformaciones y los procesos químicos: “Yo sentía un vacío entre lo que veía en el laboratorio y la teoría, por eso busqué el camino de la química teórica, en parte inspirado por un artículo del que luego sería mi maestro, el doctor José Luis Gázquez, en el que describía una teoría moderna derivada de la química cuántica: la teoría de los funcionales de la densidad. Su nivel de complejidad matemática me atrajo”.

Cuando llegó a la UAM Iztapalapa, comenzó su trabajo actual de química cuántica en el grupo del doctor Marcelo Galván, quien a su vez fue alumno de Gázquez: “Me enorgullece ser parte de este grupo porque en él adquirí conocimientos y habilidades propias del quehacer científico, y, además de la investigación de primer nivel que se hace ahí, existe un manejo muy particular del factor humano basado en el respeto, la camaradería, la crítica objetiva y el trabajo en equipo”, sostiene.

De acuerdo con este investigador, la multidisciplina y la interdisciplina son los lenguajes que la ciencia debe manejar actualmente, pues resulta difícil hacer trabajo de investigación como científico aislado y en un solo campo.

“Se requiere tener una vocación como en todas las profesiones, para trabajar con pasión. El impacto de la ciencia no es inmediato, debemos estar conscientes de eso. Si lo que uno desarrolla es útil a la sociedad, hay que tomar eso con sencillez, como motivación para poder hacer algo mejor”, dice convencido.

“El acercamiento a literatura es un comportamiento común entre los investigadores, y obedece a cierta búsqueda de equilibrio; lo que uno hace es tan apasionante que se corre el riesgo de convertirse en ratón de biblioteca o de laboratorio, y perderse del mundo, cuando en el mundo hay muchas otras cosas importantes que admirar. Puede sonar muy romántico, viniendo de un científico, sin embargo, no todo es ciencia en la vida”, concluye Felipe Aparicio, joven investigador, quien, a pesar de sus varios compromisos de investigación y docencia, se da el tiempo de explicarle a los amigos de sus dos pequeños hijos que su trabajo es generar conocimiento.

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