El YHV ocupa un lugar prominente entre los virus de camarón, ya que causó la primera gran enfermedad viral que afectó granjas de cultivo de Penaeus monodon, en Tailandia (1990-1992) y, como su nombre lo indica, los camarones infectados con YHV desarrollan una coloració amarillenta en el cefalotórax y las branquias.

Unas horas después de ocurrida la infección viral, se observan mortalidades masivas (hasta de 50% diario), por lo que pueden acabar con la población total del estanque en un par de días. Se ha sugerido que el mecanismo primario de dispersión del YHV pudiera ocurrir a través de agua; pero, como en la mayoría de los virus, su viabilidad en agua de mar es relativamente corta, aunque es factible la transmisión horizontal, a través de camarones infectados asintomáticos o moribundos. En cuanto a la posibilidad de transmisión vertical, no existen evidencias que lo demuestren contundentemente, a pesar de haberse reportado que un pariente muy cercano de este virus, GAV (virus asociado a las branquias), se puede perpetuar principalmente por transmisión vertical.

El YHV es un virus pequeño que, como en el caso anterior, posee un genoma constituido por una cadena simple de ARN, el cual, para este tipo de virus, es inusualmente grande (22 kb), y una de sus características morfológicas es que su superficie está envuelta en una cubierta formada por gran cantidad de pequeñísimas estructuras proteicas tipo espinas (figura 4).

La presencia de YHV en nuestro país se empezó a reportar hace muy poco tiempo, aunque recientemente ha sido detectado en camarones silvestres y de cultivo, en el Pacífico mexicano, el Golfo de California y en Colima,⁷ con prevalencias inesperadamente altas (~13.5%), aunque no se observaron mortalidades relacionadas, lo que podría deberse a la aparición de una variante atípica no agresiva de este virus, recientemente reportada. Estos eventos subrayan la necesidad de aumentar las medidas de vigilancia epidemiológica en el país, puesto que también se ha detectado una nueva cepa agresiva de YHV, la cual posee una proteína estructuralmente deforme que le podría permitir adoptar rutas diferentes de adherencia y, con ello, facilitar la entrada a las células de su hospedero.