Con el fin de alcanzar el desarrollo sustentable que el planeta necesita, las instituciones académicas, las ONG, las empresas privadas y organismos públicos, así como la ciudadanía, deben marcar la pauta para establecer un espacio de cooperación y acción en aras de restablecer y conservar el ambiente tan deteriorado que hemos generado.
En particular, es indispensable incrementar los esfuerzos interinstitucionales para ampliar las oportunidades de mejora en las cuestiones económicas, sociales, políticas y ambientales, en el ámbito local, regional e internacional, pues el modelo actual de desarrollo no ha podido dar solución a los grandes problemas que enfrentamos y, por el contrario, los ha agudizado, reflejando un mayor empobrecimiento de la sociedad y un deterioro de su calidad de vida.
Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel fundamental en la empresa de dar forma y aplicación a la democracia participativa para la sustentabilidad, y son las únicas capaces de estimular el sentimiento de que se persigue un objetivo común en nombre del planeta y la sociedad, pues han logrado ejercer presión y posicionarse en el ámbito de la opinión pública y la agenda política.
Entre otros componentes, la construcción de una democracia participativa requiere, por un lado, de un soporte jurídico e institucional, y por el otro, de una sociedad civil activa, cuyo nivel de compromiso no se mida por el rating de la televisión sino por el ejercicio efectivo de sus derechos,
18 para que entre todos los actores de un país se logre la sustentabilidad, puesto que la responsabilidad de tal fin recae en cada uno de los sectores de la población, empezando por el individuo mismo.