Las enfermedades originadas por las partículas microscópicas que contaminan el aire cada día son más frecuentes y afectan –con un mayor o menor daño, dependiendo del número y origen de las mismas– a toda la población sin distinción de sexo o edad
(cuadro 3). Las partículas que más repetidamente causan enfermedades respiratorias –en forma de alergias– son aquellas que tienen un origen biológico como los pólenes y las esporas de hongos que se encuentran dispersas libremente en el aire, de donde son aspiradas y entran en contacto con las células de las vías respiratorias –al lograr vencer todos los mecanismos de defensa del organismo– causando padecimientos como la rinitis alérgica o el asma bronquial.