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Marzo-Abril 2012
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Productos de la ciencia

PILAR MARTÍNEZ

Aceite anticorrosivo a partir de coco
Robot

FUNCIONAMIENTO

>>Es un aceite inhibidor ya que tiene la cantidad máxima de las moléculas requeridas para ser anticorrosivo.

>>No tiene olor, reduce la irradiación solar, controla la temperatura y la presión, así como las condiciones de separación de triglicéridos y de exposición a la humedad, para evitar hongos.

>>Tiene la misma equivalencia de los productos comerciales derivados de aceite.

>>Se obtiene los mismos resultados con tan sólo la mitad de la cantidad usada de productos comerciales.

>>Ecológicamente es sustentable.

>>Es muy eficaz en la prevención de corrosión de los metales, sobre todo aquellos por los que transita el petróleo.

La UNAM ha enfocado todos sus esfuerzos a impulsar proyectos vinculados con Pymes orientados a favorecer a las poblaciones más desprotegidas del país, uno de éstos es el desarrollado por especialistas del Instituto de Ciencias Físicas, quienes pretenden implementar plantas para fabricar un aceite anticorrosivo para metales, a base de coco, en las costas de Guerrero.

Al respecto, el doctor Jorge Antonio Ascencio Gutiérrez, líder de dicho proyecto, menciona: “vimos la posibilidad de aprovechar todo el coco que se produce en Guerrero, para producir un aceite anticorrosivo que es, básicamente, un conjunto de moléculas inteligentes que se adhieren al metal, impidiendo el contacto con el agua y evitando la corrosión. Estas moléculas se extraen de la copra –pulpa seca– del coco, bajo condiciones especiales; principalmente, trabajamos con cocos criollos e híbridos, ya que son los más abundantes en el estado. Habitualmente, se extrae el aceite por medio de prensas de calentamiento; sin embargo, esta técnica propicia el rompimiento de las cadenas de triglicéridos, las cuales se deben mantener tan largas como se pueda, por ello, en el laboratorio, bajo mínimas condiciones de luz y después de un machetazo, se extrae la pulpa que luego exprimimos mediante un procedimiento mecánico. Así obtenemos el aceite”, explica.

Para su desarrollo, también se contó con el apoyo de las universidades estatales, porque implicó la utilización de diversas técnicas para identificar la especie de coco, su edad y tamaño ideales, realizar un mapeo del estado para saber cuál era su ubicación y colectarlos. “Hemos probado ya su eficacia y trabajamos para hacerlo económicamente viable; también queremos lograr el escalamiento y mejoramiento de costo o eficiencia del producto, pero, sobre todo, pretendemos diseñar un prototipo de máquina para que la gente del campo pueda producir el aceite anticorrosivo de manera fácil y sencilla”, menciona Ascencio Gutiérrez.

Este proyecto procura que la gente pueda instalar en su casa una máquina productora del aceite anticorrosivo, “queremos hacer algo factible para que las comunidades tengan su propia máquina, que sea de fácil uso, barata y costeable, con la finalidad de que se pueda generar nuevas fuentes de empleo”, concluye el investigador.

Control mental de dispositivos electrónicos
Aceite con microalgas

CARACTERÍSTICAS

>> A través de un lenguaje de fácil aprendizaje se puede establecer una comunicación ágil y precisa entre la mente y los dispositivos electrónicos de uso cotidiano.

>> Con este dispositivo se puede controlar cualquier equipo; por ejemplo, maquinaria, computadoras, robots; sin embargo, está diseñado para que personas con alguna discapacidad motriz controlen sillas de ruedas, prótesis, etc.

>>Las prótesis (mano robótica) desarrollados en el IIMAS no contienen partes rígidas que puedan dañarse, proporcionan mayor suavidad y flexibilidad a los movimientos; además, son ligeras, se adaptan fácilmente a las necesidades del usuario, están fabricadas con componentes de bajo costo y son de larga vida útil, su consumo eléctrico es bajo y por ende tienen una mayor duración de las baterías.

Poner atención; concentrarse en una idea; imaginar o realizar movimientos tan sutiles del cuerpo, como abrir o cerrar los ojos genera actividad bioeléctrica, la cual puede ser representada como una onda. Especialistas del Instituto de Investigaciones Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS)-UNAM están comenzando a utilizar esta actividad bioeléctrica para activar dispositivos como sillas de ruedas y prótesis, entre otros, de tal forma que se puedan controlar con la mente.

“Inicialmente estamos trabajamos con un dispositivo comercial de bajo costo, formado por una especie de diadema con 16 sensores, que colecta, amplifica y filtra las señales a través del cuero cabelludo, las cuales varían según la zona del cerebro y la información procesada en cada momento; es decir, al imaginar algo en particular, por ejemplo, una acción, un recuerdo o un objeto, se genera un patrón, mientras más definido esté el pensamiento será más fácil distinguirlo y procesarlo, por eso es importante llevar a cabo ejercicios de entrenamiento”, explica Hernando Ortega Carrillo, líder de este proyecto.

El dispositivo ya está siendo probado con una mano robótica y en una silla de ruedas, ambos fabricados en el Instituto; sin embargo, el equipo investigador sigue trabajando en su optimización, aplicando ingeniería inversa para entender y mejorar su funcionamiento.

“Además de controlar dispositivos que nos ayuden a facilitar la realización actividades cotidianas, el principal objetivo de este proyecto es generar un lenguaje de comunicación entre nuestro cerebro y la computadora, apoyados en una metodología de entrenamiento, de esta manera y, gracias a un conjunto de palabras, hemos propuesto un nuevo lenguaje con el cual podremos manejar cualquier dispositivo con la mente”, menciona Ortega Carrillo.

En el equipo también colaboran el doctor Ángel Daniel Santana Vargas, del Laboratorio de Neurocirugía experimental del Hospital General de México y el pasante de ingeniería José Francisco Neri González. Actualmente se está tratando de vincular este proyecto con la iniciativa privada a fin de darle un uso comercial.

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