Con base en estos antecedentes estamos totalmente convencidos de que el camino a seguir no es su eliminación, sino su aprovechamiento. La actividad pesquera puede contribuir a mantener las poblaciones de peces armados bajo control, que pueden ser aprovechadas mediante el establecimiento de empresas productivas. Su utilización para consumo humano y animal sería una solución muy probablemente sustentable a corto y mediano plazo, y el problema de las redes puede resolverse utilizando materiales adecuados para esta pesquería en específico, como redes agalleras más resistentes con hilos de mayor calibre, como en Brasil.

En Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Argentina y Bolivia los peces armados son consumidos frescos y fresco-congelados. Incluso, en Brasil este bagre es el segundo pez en la selección de los consumidores por la excelente calidad de su carne y, están protegidos por vedas estrictas, pues la pesca ha provocado su disminución, ¿por qué allá estos peces se protegen con rigor y en nuestro país las autoridades invierten en investigación dirigida a su erradicación? ¿No podrían ser un recurso valioso también para México?

Los dos años de investigación con los peces diablo generaron varios métodos de utilización que están siendo implementados en comunidades locales y agencias de los gobiernos municipales, estatal y federal; de ahí tenemos que los productos gelificados de estos peces, para producir kamaboko (base de productos como surimi y sustituto de carne de cangrejo) son de extraordinaria calidad, tanto como los concentrados proteínicos y su caviar. Por otro lado, se ha demostrado que una receta sencilla puede dar como resultado un buen platillo con alto valor nutricional, lo cual ha sido confirmado mediante pruebas de degustación efectuadas en el estado de Michoacán y en la capital de la república, en las cuales se mostró una gran aceptación del producto por su agradable sabor. El libro ilustrado Nutrición con sabor, delicias del pez diablo, con 43 recetas tipo gourmet, es otro de los resultados de este proyecto.

También proponemos la utilzación de estos peces o sus subproductos en la alimentación animal, para lo cual se muelen completos, o después de extraer el músculo, y se someten a un proceso de ensilado (estabilización con ácidos para mantener su frescura, sin uso de hielo), del que se obtiene un subproducto proteico –ya probado con éxito– como aditivo en dietas de cerdos, pollos, peces, borregos y vacas. Adicionalmente, los peces armados poseen unas poderosas enzimas digestivas –las cuales les permiten digerir las microalgas, base de su alimentación– que pueden ser extraídas y concentradas para utilizarse en el tratamiento de aguas de cola (aguas con sangre de la pesca y los rastros), reduciendo así su efecto ambiental negativo.

Se ha propuesto, así mismo, el establecimiento de plantas de harina de pescado, proveniente del procesamiento de los desperdicios del pescado, después de obtener los filetes para consumo humano, lo cual daría trabajo a una cantidad considerable de habitantes de las poblaciones aledañas a los bancos de bagres, utilizando menos de 10% de la captura incidental anual. Se calcula, además, que sería posible obtener una rentabilidad aproximada de 28% de la inversión, sólo a partir de la producción de filete.