La captura masiva de los bagres armados representa dos problemas: el primero es que en México no tiene valor comercial alguno, debido a que no se consumen por su aspecto físico poco atractivo; de modo que, al quedar atrapados accidentalmente en las redes, terminan siendo arrojados a las orillas de los cuerpos de agua, generando condiciones de insalubridad. El segundo es que, al ser capturados, se atoran con sus fuertes espinas y rompen las redes. Nuestras estimaciones indican que sólo en el embalse Infiernillo, la captura incidental de pez armado asciende a 20 mil ton/año, cifra que representa 20% de la biomasa total de este bagre en el embalse.
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Existe, además, una creciente preocupación por los efectos de la invasión del bagre sobre la actividad pesquera y los ecosistemas en todo el país. Por ello, en respuesta a lo planteado por los municipios de la Huacana, Mújica, Arteaga y Churumuco, el gobierno de Michoacán, a través del Fondo Mixto (Conacyt), congregó a un grupo de investigadores de diversas universidades y centros de investigación nacionales y extranjeros para activar un proyecto multidisciplinario con el propósito de hallar soluciones bajo diferentes perspectivas, principalmente, enfocadas a su utilización como alimento para consumo humano y animal.
La dimensión de la captura anual del pez armado en El Infiernillo se estimó en poco más de 50 millones de peces, mientras que el tamaño de la población, en 176 millones. La captura constituye 29% del tamaño de la población, la cual es vulnerable a la pesca en un promedio cercano a 50%, a través de la pesca de tilapia; vulnerabilidad que cambia con la edad, probablemente, como consecuencia de que las capturas se deben a la pesca incidental mencionada –pues no son una especie objetivo–, confirmando que el bagre no es totalmente vulnerable a la pesca.
Con la realización del proyecto se propusieron diferentes alternativas para la utilización de estos peces, que son un recurso no explotado de excelentes calidades nutritivas. No obstante, pesar de los resultados exitosos del proyecto, persiste una propuesta de ecologistas, políticos y autoridades orientada a la aplicación de métodos para la erradicación total de los bagres armados, lo que, en nuestra opinión –basada en evidencias–, resulta impráctica y costosa, pues hemos estudiado experiencias similares en
otros países, las cuales han demostrado que eliminar una especie invasora es una tarea compleja, especialmente, al considerar los atributos de los bagres armados que les han permitido distribuirse en Norteamérica, Centroamérica, Europa y Asia.
