Los mecanismos de defensa desarrollados por la planta de manera natural contra el gorgojo del maíz y el barrenador grande del grano se ven reflejados por varios caracteres; para iniciar, la cubierta de la mazorca actúa como primera barrera defensora, pues sus propiedades incluyen mayor número de hojas, aumento en su grosor y longitud superior, características diseñadas para proteger la mazorca de manera efectiva contra el ataque de insectos.
El segundo frente contra los gorgojos se encuentra en el propio grano, al contar con una cubierta externa (pericarpio) que actúa como una muralla, en cuyo interior se encuentran altos niveles de compuestos fenólicos (ácido ferúlico, ácido cumárico y ácidos diferúlico) y proteínas (ricas en hidroxiprolina) que forman una malla densa; componentes responsables de aumentar la dureza mecánica de los granos. La fortificación del pericarpio dificulta la penetración del gorgojo y del barrenador. En su conjunto estos compuestos se han catalogado como factores no nutritivos para las plagas de almacén
(figura 3). Conviene mencionar que los ácidos fenólicos, aparte de proteger el grano de las plagas, aportan al maíz una importante fuente de nutrientes y antioxidantes que han mostrado efectos benéficos en la preservación de la salud.
En caso de que las barreras anteriores fuesen penetradas por el gorgojo o el barrenador, una tercera trinchera se ubica en el nivel de la estructura interna del grano, denominada capa de aleurona del endospermo, en la cual se han encontrado compuestos clasificados como amidas aromáticas que funcionan como insecticidas o repelentes naturales. En esta misma estructura se encuentra un grupo de enzimas oxidativas denominadas peroxidasas que constituyen un mecanismo adicional de defensa, ya que se encargan de oxidar los ácidos fenólicos convirtiéndolos en sustancias tóxicas para gorgojos y barrenadores, lo cual inhibe la colonización del grano.
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Aún está pendiente la exploración de los perfiles detallados de las otras proteínas presentes en el grano, sobre las cuales se presume pueden robustecer estos mecanismos de defensa.
En la actualidad ya se cuenta con poblaciones y líneas de maíz mejoradas, además de ser resistentes al gorgojo del maíz y al barrenador grande del grano; un ejemplo es la población 84, que ha sido obtenida de la selección de variedades criollas de la región del Caribe, desarrollada en el CIMMYT, utilizando mejoramiento intrapoblacional
(figura 4). El resultado indica que estos maíces reducen las pérdidas poscosecha causados por dichos insectos en más de 60% respecto al daño y más de 20% en relación con la pérdida de peso.