Ciencia y Desarrollo
Julio-Agosto 2012 Inicio Ligas de interés Artículos de interés Suscripciones
Cada mes
Editorial
Ciencia en México
Ciencia en el mundo
La ciencia y sus rivales
Tecnoinformación
Actualidades
Exploraciones
Productos de la ciencia
Reseñas
Portada
Marzo-Abril 2012
Hélix
HÉCTOR PERDOMO VELÁZQUEZ
Aves: potencial turístico con alas

La observación de aves no sólo tiene ventajas para el turismo. El ambiente, de manera indirecta, recibe beneficios; ya que el simple hecho de impulsar la permanencia de aves libres en determinados lugares genera innumerables servicios ambientales, como alimento, dispersión de semillas, polinización, control de insectos, limpieza de carroña, ecoturismo -evidentemente-, educación ambiental, enriquecimiento espiritual, belleza natural...

Binoculares y guías de aves no parecen ser los objetos más comunes del equipaje de cualquier vacacionista; sin embargo, hoy día, la observación de aves es considerada la actividad turística más importante dentro del ecoturismo.

Hay varios motivos para disfrutar de la observación de aves: se trata de animales carismáticos, diversos y fáciles de observar, al verlos, nos inspiran un poco de su sensación de libertad; nos permite experimentar la emoción de identificar un ave que no conocíamos; practicar la fotografía… La observación de aves es una actividad que actualmente realizan 82 millones de estadounidenses.1

Tan sólo en transportación, alimentos y hospedaje, los observadores estadounidenses de aves gastaron más de 11,000 millones de dólares durante 2006. Estos pajareros –predominantemente adultos mayores de 45 años– ganan, en promedio, 75,000 dólares al año, y dejan cerca de 410 millones de dólares anuales en Costa Rica, para satisfacer su afición.

Costa Rica, un pequeño país con sólo siete especies únicas de aves, ingresa 17 veces más dinero que el nuestro, por concepto de turismo de observación de aves; ingreso que genera recursos equivalentes a diez veces el presupuesto de la SEMARNAT, además de 671 empleos asociados, en promedio. En contraposición, esta actividad está muy rezagada en México, aunque ocupa el quinto lugar en diversidad de aves en el mundo, con 1,100 especies, de las cuales 10% son endémicas. ¿Por qué no apoyar ese sector turístico en México?

Sitios como la isla Cozumel, donde la población disminuye por el desempleo en las temporadas bajas de turismo, cuenta con 17 aves únicas en el mundo y es un sitio propicio para fomentar el turismo de observación de aves. De hecho, esta actividad ha demostrado ser una efectiva herramienta para involucrar a niños y padres de familia que cada año participan en festivales y actividades como el carnaval de Cozumel, en el cual se representan tanto animales como los ecosistemas de la isla.

Encuentre la información completa en la versión impresa de Ciencia y Desarrollo,
Julio - Agosto 2012
Ediciones anteriores Para publicar