Hay una clara oportunidad para México en el desarrollo de la biotecnología; debemos aprovechar la fascinación de la juventud por la ingeniería, pues con frecuencia, los personajes que saben manejar y crear artefactos futurísticos y de alta tecnología tienen papeles protagónicos y de
superhéroes en los medios de entretenimiento (como juegos cibernéticos y películas); a ello se ha atribuido el gran auge mundial de la competencia para estudiantes de preparatoria y universidad, iGEM (Competencia para crear una Máquina Genéticamente
Ingenierizada).
7
Es de suma importancia motivar a los ingenieros para trabajar en las áreas biológicas, así como ofrecer carreras biotecnológicas en mayor cantidad de instituciones educativas, aumentar las instituciones de investigación de primer nivel como los nuevos parques científico-tecnológicos construidos en Querétaro y en Monterrey, cuyos objetivos sean la creación de programas interdisciplinarios para el desarrollo de proyectos que apliquen los principios de la ingeniería en sistemas biológicos. Asimismo, el proyecto “Monterrey, Ciudad del Conocimiento” es un ejemplo que debe ser seguido por otras entidades. Todos estos aspectos serán cruciales en el desarrollo de la biotecnología en México.
Esperemos que la experiencia de la pandemia sufrida el pasado mes de abril sirva como una llamada para que los dirigentes reconozcan la importancia de invertir en el desarrollo tecnológico, en la investigación científica y en la educación en todos sus niveles. Sólo cuando esto ocurra, será posible enfrentar con efectividad los problemas sociales inherentes a las economías emergentes como inseguridad, pobreza, corrupción, hambre e instituciones de salud incompetentes.