La madera forma el tronco y las ramas de los árboles y está compuesta por parénquima, elementos traqueales y fibras. Estas células constituyen tejidos con funciones específicas como almacenamiento, conducción de alimento y soporte de la planta, entre otras.

La estructura de la madera puede ser estudiada tanto macro como microscópicamente, y la caracterización anatómica de sus estructuras celulares es valiosa para la identificación de las especies; además, ayuda a inferir el posible comportamiento físico y mecánico de la madera, lo cual es de gran utilidad porque contribuye a un mejor aprovechamiento tecnológico de este importante recurso natural.

Dos grandes grupos

Desde el punto de vista de la clasificación de las plantas que presentan crecimiento secundario, esto es, tallos con aumento en grosor, se dividen en angiospermas y gimnospermas. Las primeras son aquellas comúnmente conocidas como latifoliadas u hojosas; caoba, encino, parota y cedro son algunas especies representativas de este grupo y su rango de densidades es muy amplio, puesto que en él se incluye la madera más liviana del mundo conocida como balsa (Ochroma lagopus), cuya densidad* es de 0.13 g/cm³; y al extremo opuesto, tenemos una de las mas pesadas, el guayacan (Guaiacum sanctum)¹ con 1.23 g/cm³.

Por otra parte, pino, sequoia, ciprés y abeto, son maderas representativas de las gimnospermas, cuyo rango de densidad oscila,¹ generalmente, entre 0.50 a 0.60 g/cm³.