Los reguladores del crecimiento vegetal o fitohormonas son sustancias orgánicas sintetizadas por las plantas que influyen en su crecimiento y desarrollo. A diferencia de las hormonas animales -las cuales suelen producirse en un tejido particular, moverse por el torrente sanguíneo y causar un efecto fisiológico en un tejido distante-, las fitohormonas actúan directamente sobre las células que las sintetizan y pueden o no viajar a otros tejidos. La acción de una fitohormona depende de su nivel de concentración en los tejidos de la planta.

Recientemente, se identificó un nuevo grupo de fitohormonas: las alcamidas, que abarcan unos 200 compuestos estructuralmente relacionados y son sustancias ampliamente distribuidas en la naturaleza; las encontramos tanto en los líquenes como en las plantas con flores, formando parte de las semillas, raíces y también del follaje, donde desempeñan funciones fisiológicas y adaptativas que van desde la germinación hasta la respuesta de las hojas ante ataques de patógenos.

Diferentes investigaciones sugieren que las alcamidas y algunas sustancias similares podrían tener un papel importante en la vida de las plantas. Por ejemplo, investigadores de Japón encontraron que la amidenina -una alcamida obtenida de un hongo- estimula el crecimiento de las plantas de arroz. Otros trabajos indican que las N -acyl-etanolamidas -moléculas de la misma familia de las alcamidas- controlan la germinación de las semillas y pueden modificar la forma y función de las plantas cuando se suministran al medio de cultivo.

El chilcuague: hiperacumulador de alcamidas
Efectos de las alcamidas
Interacción celular
Potencial biotecnológico
Bibliografía recomendada