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ÁLVARO AGUILAR SETIÉN
Y NIDIA ARÉCHIGA CEBALLOS |
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El placer de divulgar la ciencia |
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La divulgación debe ser considerada, además de un deber, como una necesidad de incorporar a la sociedad en la emoción de conocer lo asombrosos que son los fenómenos naturales, cuando se nos revelan en el trabajo científico |
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Cuando éramos estudiantes de preparatoria, la lectura de Cazadores de microbios, de Paul de Kruif, nos resultó muy emocionante –incluso, en buena medida, determinante en nuestra vocación–, pues nos llevó, literalmente, a sumergirnos en las aventuras y vicisitudes de aquellos investigadores pioneros, al irnos enterando de cómo fueron desvelando, poco a poco, el universo de los microorganismos.
¡Qué momentos más interesantes, dramáticos e inquietantes debe haber vivido Van Leeuwenhoek en el siglo XVIII, cuando con su microscopio primitivo observó, por primera vez, la existencia de un mundo insospechado, poblado de millares de seres pequeñísimos! De Kruif también relata los apasionantes descubrimientos y apuestas de Pasteur en el siglo XIX, así como los trágicos sacrificios de Jesse Lazear y algunos soldados estadounidenses y migrantes españoles en la Cuba de los años treintas, quienes propiciaron el ser picados por mosquitos infectados sólo para comprobar que éstos eran los trasmisores de la mortal fiebre amarilla.
La obra de Paul de Kruif, paradigma de la divulgación científica, además de ser emotiva, despierta la imaginación. ¿Quién no se soñaba, al leerla, en la otrora exótica Zululandia, persiguiendo las pistas de la mosca tsetsé y las causas de la enfermedad del sueño? Y es que, cuando se lee un texto de esa naturaleza, la percepción errónea –pero, desgraciadamente popular– de que la ciencia es aburrida, monótona y para tipos medio locos, cambia radicalmente, para ser aceptada como una actividad esencialmente humanista que requiere, sin duda, rigurosa disciplina, pero que es muy emocionante, llena de aventura y satisfacciones casi sin parangón. No fue por casualidad que el autor de esta obra era a la vez un investigador de su época.
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Encuentre la información completa en la versión impresa de Ciencia y Desarrollo,
Septiembre-Octubre 2012 |
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Álvaro Aguilar Setién es Médico Veterinario Zootecnista por la Facultad de Medicina Veterinaria-UNAM y Doctor en Ciencias por la Universidad de Lieja, Bélgica. Ha sido consultor de virología en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura de la OEA y Consultor tecnológico del Conacyt. Ha sido reconocido con diversos galardones, entre ellos, el Premio Anual de Investigación Médica Doctor “Jorge Rosenkranz”, otorgado por el grupo Roche Syntex. Actualmente, es investigador en el IMSS, miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina de Bélgica, del Consejo Técnico Consultivo Nacional de Sanidad Animal y del SNI.
Nidia Aréchiga Ceballos es doctora en Ciencias por la ENCB-IPN. Ha realizado estancia en el Laboratorio de Biología Molecular del Departamento de Veterinaria y Patobiología de la Universidad de Texas A&M. Sus principales intereses de estudio son las zoonosis y su prevención. Actualmente, realiza un posdoctorado en el Instituto Carlos III, en España. |
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