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Septiembre 2011
Hélix
El lector científico JUAN NEPOTE
Energía sostenible y otros desafíos
El lector científico

La Organización de las Naciones Unidas ha puesto en marcha una iniciativa global: Energía sostenible para todos, cuya primera estrategia ha sido proclamar este 2012 como “Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos”. Es decir, se trata de imaginar y construir, desde este mismo momento, el futuro que queremos, combinando la ciencia con la ética y la creatividad.

De muy pocas ideas científicas se habla tanto como de la energía: la encontramos en la iluminación de las calles y las casas, en el calor de los hornos y en el frío de los refrigeradores, en la posibilidad de utilizar el autobús o en las etiquetas de los alimentos procesados que precisan la aportación energética de comidas y bebidas.

Tan acostumbrados estamos a la presencia de la energía en nuestros días y nuestras noches, que no somos conscientes de nuestra incapacidad para percibir la energía; apenas logramos distinguir sus múltiples efectos, sus transformaciones perpetuas. Tal vez por eso, hay quien asegura que la historia de la vida no es otra cosa que una búsqueda constante de la energía.

ENERGÍA Y MATERIA
Ahora reconocemos una amplia variedad de formas de energía: eléctrica, calórica, cinética, gravitatoria, elástica, potencial, química, nuclear, además de la asombrosa y abundante energía oscura. Pero la búsqueda científica del motor que mueve el mundo es mucho más extensa de lo que parece: desde la sospecha de Tales de Mileto acerca de la existencia de un único elemento esencial del cual estuviera hecha la totalidad del Universo hasta las aportaciones de Leucipo, Demócrito y otros filósofos para ampliar aquella misma convicción, proponiendo una partícula material básica, el átomo. Pero, durante la Edad Media, se avivaron las ideas de Aristóteles: había que observar los movimientos, las transformaciones, los cambios, consejo que fue bien recibido por los alquimistas, confiados en convertir cualquier objeto en oro.

Durante el periodo de la Ilustración germinaron los planteamientos de René Descartes y Christian Huygens sobre el movimiento de los cuerpos, las aportaciones de Gottfried Leibniz e Isaac Newton sobre las fuerzas, las conclusiones de Robert von Mayer y Ludwig von Helmhotz sobre el calor. Fue este alemán quien formalizó el principio de conservación de la energía (aunque él se refería explícitamente a la “fuerza”) para sentenciar que la cantidad de energía que en la Naturaleza puede ponerse en acción nunca cambia, lo cual es posible expresar en una compacta oración de envidiable simplicidad: la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

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Septiembre - Octubre 2012
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