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DICIEMBRE DE 2008
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WAEL HIKAL
Política criminológica y educación

Los expertos señalan que la disminución de la criminalidad se logrará –con una adecuada política criminológica– el rediseño de las formas de prevención y la manera de llevar a cabo la readaptación social. Para entender esto mejor revisemos el concepto puro de política: “análisis de las circunstancias de una situación en sociedad”. Partiendo de esto, es posible aplicar recursos o remediar hechos y, si anexamos el concepto criminológica, que hace referencia al estudio de las causas y factores criminógenos y la aplicación de soluciones con base en la identificación de éstos, obtenemos una definición integral como la proporcionada por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la inseguridad (ICESI): “Una política criminológica es aquella que se refiere a la política de Estado cuyo objetivo es combatir la criminalidad. En este sentido, la finalidad de la política criminológica formulada es reducir la delincuencia a un nivel tal que los miembros de nuestra sociedad puedan ejercer y disfrutar sus derechos fundamentales, sin peligro considerable para su integridad física o sus bienes”.

Es importante señalar que dicha política debe comenzar en la familia, en la escuela, en la sociedad; por ejemplo, en un régimen educativo en el cual se inculquen valores, se enseñe nociones de derecho, el respeto a la vida, a los bienes y la salud de los demás.4

Es necesario estudiar la realidad por medio de las ciencias políticas y la intervención de la criminología a través de los factores causales. La posible solución radica en una adecuada educación desde los primeros años, como decía el naturalista Charles Darwin: “inculca una enseñanza a la edad en la que el cerebro es más sensible y con el tiempo crearás un hábito”.5 Así, la prevención de conductas antisociales puede partir de la preparación que se imparta en las escuelas y que ésta se vea reforzada en la familia, pues es la primera y más fuerte instrucción y formación de hábitos que los seres humanos desarrollamos; la familia moldea nuestra personalidad, nuestras costumbres y, de cierto modo, nuestro futuro.

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