El conocimiento científico, resumido en la criminología y la criminalística, debe dar sustento a las políticas públicas en materia criminológica, al tiempo que brinde elementos para revisar y enriquecer el derecho penal en nuestro país y todo ello solvente la urgente necesidad de mejorar la administración de la justicia.
Es frecuente que los términos criminología y criminalística
se consideren sinónimos, sin embargo, cada palabra tiene un significado propio. La criminología fue descrita por el médico italiano Benigno Di Tullio como “la ciencia generosa (...), mediante la cual se hace posible combatir más eficazmente la causa de los más graves y más frecuentes actos antisociales y criminales, y buscar los medios aptos para desarrollar en cada hombre una más profunda y más activa bondad, que constituye la premisa esencial de todo verdadero mejoramiento de la persona humana y; por ello, de la misma humanidad”.
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Por otro lado, la criminalística “es la disciplina que aplica fundamentalmente los conocimientos, métodos y técnicas de investigación de las ciencias naturales en el examen del material sensible significativo relacionado con un presunto hecho delictuoso, con el fin de determinar, en auxilio de los órganos encargados de administrar justicia, su existencia, o bien reconstruirlos, o bien señalar y precisar la intervención de uno o varios sujetos en el mismo”,
2 señala el doctor Rafael Moreno.
En lo que coinciden ambas disciplinas es en el estudio de: el crimen, el criminal y la criminalidad; así mismo, son la conjunción de una diversidad de ciencias, técnicas o disciplinas auxiliares necesarias para llevar a cabo el análisis del fenómeno en cuestión.
Así vemos que la criminología requiere los conocimientos de sociología, estadística, biología, antropología, psicología, psiquiatría y derecho penal, entre otros, para buscar el porqué del hecho criminal; es decir, las causas sociales, biológicas y psicológicas de la conducta criminal. Por su parte, la criminalística se auxilia de técnicas como la balística, grafoscopía, química, medicina, ingeniería, contabilidad, dactiloscopia, etc., que construyen y reconstruyen el hecho delictuoso para determinar cómo, con qué y quién lo hizo.
A partir de los resultados que ambas disciplinas determinen, se lleva a cabo la administración de justicia y el tratamiento penitenciario así como la política criminológica. Los conocimientos generados por estas disciplinas coadyuvan al desarrollo del derecho penal.