Los avances científicos más espectaculares son, muchas veces, mal comprendidos por la mayoría de las personas y llegan a despertar temores irracionales. Ello ha ocurrido en diversas ocasiones con los desarrollos tecnológicos que acompañan el estudio y la experimentación de los fundamentos atómicos y subatómicos de la materia.
El acelerador de partículas más grande del mundo –colisionador linear de partículas (hadrones)–, ubicado en lo más profundo de la tierra y de las verdes praderas, bajo la frontera franco-suiza, de la Comisión Europea de Investigación Nuclear (CERN), ha estado en construcción desde hace ya muchos años.
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