Uno de los objetos celestes más interesantes de observar, ya sea con binoculares o con un telescopio cualquiera es, sin duda, la Gran Galaxia de Andrómeda, nuestra galaxia espiral más próxima.
Si observamos el cielo a mediados del mes, a las 21 horas, la tendremos casi sobre nuestras cabezas en la constelación de Andrómeda. Esta gran galaxia se halla a unos veinte diámetros de nuestra Vía Láctea, esto es a 2.2 millones de años-luz de nosotros, y lo extraordinario es que la podemos observar a simple vista, como una pequeña nubecita ovalada…
Para localizarla, primero encontremos el gran cuadrilátero de la constelación Pegaso –justo sobre nosotros–; su estrella de la esquina sureste es, a su vez, la primera estrella de Andrómeda, y dos estrellas hacia el norte nos dan la posición de la Gran Galaxia de Andrómeda, que resulta impresionante en el telescopio al poderse distinguir en ella claramente sus brazos espirales.