El desplazamiento de mexicanos a los Estados Unidos es hoy el flujo migratorio más importante del mundo. No es un fenómeno nuevo; el cruce de la frontera norte por parte de connacionales tiene ya una larga historia; sin embargo, la magnitud de este hecho ha generado en la actualidad nuevos efectos sobre distintas esferas de la vida tanto en el país y las comunidades de origen como en los lugares de destino.

Los movimientos migratorios masivos se han convertido, en el transcurso de las últimas tres décadas, en uno de los rasgos característicos y definitorios de la globalización.¹ Mientras que las consecuencias económicas de la migración han constituido uno de los temas más estudiados, aún hay mucho por conocer sobre otros puntos como, por ejemplo, sus efectos sobre distintos aspectos de la organización y dinámica familiar.²

En el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) establecimos un convenio de colaboración con la Universidad de Minnesota (UM) de Estados Unidos, bajo cuyo marco un grupo de investigadores* de nuestro centro y del Departamento de Ciencias Sociales de la Familia de la UM gestamos un proyecto de carácter exploratorio, precisamente, para indagar los dilemas familiares y laborales de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.