CONACYT
AGOSTO DE 2010
Inicio
Secciones
Artículos
+No tiene la culpa el perro, sino quien lo deja en la calle
1. Inicio
2. Estudios en la ciudad de México
3. La mejor opción: responsabilidad
4. Referencias
+La vida en la tierra, una responsabilidad humana
1. Inicio
2. ¿Dónde están?
3. Los filtros de la vida
4. La humanidad en la Tierra
5.

Responsabilidad de supervivencia
6. Referencias
Artículos anteriores
Entrevista
+Obesidad y actividad cerebral
1. Inicio
2. Cerebro y alimentación
 
Descargar Internet Explorer
Descargar WinZip
Descargar Adobe Reader
Descargar Quicktime

Descargar RealPlayer

Descargar Flash Player
 

SALVADOR JARA GUERRERO
Los filtros de la vida
Nick Bostrom escribió un provocador artículo en la Technology Review del MIT,1 en el que trae a la memoria, nuevamente, la pregunta: ¿dónde están?, y su argumento tiene una base estadística muy interesante, pues, partiendo de los números anteriores y de que parece no haber vida inteligente –o, cuando menos, no con desarrollo suficiente para contactarnos desde fuera de la Tierra–, la única conclusión posible es que el desarrollo de una civilización como la nuestra es un evento cuya probabilidad es increíblemente ínfima. No basta la confluencia de condiciones para el surgimiento de la vida; además, está el hecho de que la existencia y desarrollo de seres inteligentes se enfrenta a obstáculos punto menos que infranqueables en cada etapa; a esa enorme barrera se ha denominado Gran Filtro.

Si existe un buen número de planetas en los que hay posibilidades de generar vida, pero no la hay, entonces tal vez en ellos el Gran Filtro pudo presentarse en los inicios de la vida misma. En la Tierra, el hecho mismo de la generación de la primera célula constituyó un evento casi imposible, si pensamos que debieron transcurrir casi mil millones de años desde la formación del planeta hasta la aparición de la vida.

Pero si este primer obstáculo se rebasa, como ha sido el caso en nuestro planeta –nos dice Bostrom–, aún así, hay otros filtros, uno de ellos podría ser la evolución del más simple organismo unicelular: el paso de célula procariota a célula con núcleo diferenciado rodeado por una membrana, y el siguiente salto: la eucariota transformada en organismo pluricelular; paso que tomó 1,800 millones de años (m. a.), propiciando que los microorganismos predominaran en el planeta durante tres mil m. a.

Muy buenos ejemplos de filtros son también las mutaciones ocurridas desde los primeros homínidos hasta el homo sapiens: los mamíferos aparecieron hace 180 millones de años; pero hace sólo cinco o seis m. a. ocurrió la separación del chimpancé y apareció el primer homínido: el australopiteco; aunque muchos de los homínidos desaparecieron hace unos dos millones de años.

Si el Gran Filtro se ubicase antes de que el desarrollo de vida inteligente llegue a los niveles que nosotros hemos alcanzado, no debemos preocuparnos; ya lo hemos vencido. Pero es también posible que no hayamos llegado aún a la prueba final, y el filtro se ubique en el futuro.

Dada la experiencia de violencia y armamentismo en nuestra evolución terrestre no sería descabellado pensar en la posibilidad de que el mal uso de nuestras tecnologías nos pudiera llevar a la autodestrucción, y se convirtiera en el Gran Filtro del futuro. Otro pudiera ser la destrucción del medio ambiente a tal grado que desapareciera la vida inteligente para nunca más volver. ¿Ciencia ficción?, sólo veamos consciente y críticamente nuestro entorno; cada quien tendrá su respuesta.

Una posibilidad más de filtro: si encontrásemos restos de vida en otros planetas, indicativos de la presencia –pasada o presente– de un desarrollo superior al nuestro, estaríamos sin duda en peligro. Así, de acuerdo con Bostrom, no hemos pasado el Gran Filtro.

A los argumentos mencionados antes, de Neil Bostrom conviene añadir que la generación de vida es muy difícil, aunque no imposible, y que la ausencia de su detección está también vinculada con la lejanía de la Tierra, en relación con otros posibles centros de vida en el Universo. Sin embargo, aún asumiendo que una civilización –avanzada, por supuesto– estuviera localizada cerca del centro de la galaxia, detectaría nuestras señales dentro de 20 mil años.
desarrollado por quadrato