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AGOSTO DE 2009
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alberto vÁzquez castro
Historia de una controversia
El descubrimiento la diosa Coatlicue, sin embargo, no ha sido aceptado por todos los arqueólogos como el inicio de la arqueología en México. ¿Cuáles son sus posturas?

A criterio de algunos investigadores, hay una fecha más temprana de interés en estas fuentes: entre 1784 y 1786 se hicieron tres expediciones a la antigua ciudad de Palenque (Chiapas), auspiciadas por la Capitanía General de Guatemala, con la intención de hacer reconocimientos, dibujos, levantamientos topográficos, excavaciones y recolección de materiales varios con el fin de conocer las características de la ciudad y de sus antiguos habitantes, así como los motivos de su abandono.

La primera (1784) estuvo dirigida por José Antonio Calderón, teniente de alcalde mayor del pueblo de Santo Domingo de Palenque, quien visitó la antigua ciudad por espacio de tres días, y presentó un informe un tanto general y, con franqueza, no muy preciso, pero que en todo caso fue la base para continuar las expediciones subsecuentes.

La segunda (1785), dirigida por Antonio Bernasconi –un prestigiado arquitecto que trabajaba en el proyecto de la nueva capital de Guatemala– con ayuda de Antonio Calderón, resultó mucho más precisa en información y dibujos, pues José de Estachería –presidente de la audiencia, gobernador y capitán general de Guatemala– preparó unas instrucciones para la correcta descripción y registro de todo lo encontrado.

La tercera y última (1786) estuvo a cargo de Antonio del Río, militar y explorador quien, acompañado del dibujante guatemalteco Ricardo Almendáriz, realizó planos topográficos, cortes arquitectónicos, dibujos de buena factura sobre algunos relieves, excavaciones en los edificios descubiertos y colección de objetos.

Entre los materiales recolectados había diversas piezas de cerámica; puntas de flecha y cuchillos de obsidiana y sílex; fragmentos de relieves de estuco y la llamada Estela de Madrid;III todo ello posteriormente remitido a la Corona española y actualmente depositado en el Museo de América de Madrid.

De estos hallazgos, Carlos Navarrete ha dicho que, aun cuando fue corto el periodo de exploración dedicado a esta disciplina hacia finales del siglo XVIII, definitivamente, dichas expediciones son anteriores al descubrimiento en la Plaza Mayor de México, pues no se trata de descubrimientos fortuitos, sino de jornadas de trabajo planeadas, sistemáticas y con objetivos claros de obtener conocimiento, por lo que deberían ser reconocidas como las primeras investigaciones arqueológicas de México.

Otros investigadores dicen que la arqueología comienza con las expediciones dirigidas por Antonio Alzate6 a Xochicalco (estado de Morelos, 1777) y a El Tajín (Veracruz, 1785), con el fin de documentar las características de los vestigios humanos que se lograban observar, entender la relación que guardaban con otras ciudades antiguas y, en lo posible, motivar a las autoridades a proteger lo que aún estaba en pie.

Sobre la expedición a Tajín dejó constancia la publicación –en un número de la Gazeta de Literatura de México, de 1785– de una breve descripción de la Pirámide de los Nichos acompañada de un dibujo. Sobre la de Xochicalco se publicó el texto “Antigüedades de Xochicalco”, con varias láminas, como suplemento de la misma Gazeta, en noviembre de 1791. De esta última se ha dicho: “Es la primera vez que se publica una obra, por corta que fuera, ilustrada con estampas, sobre una ciudad antigua. No se trata ya de menciones superficiales en un contexto distinto, sino de un trabajo dedicado exclusivamente a un tema arqueológico”.IV

Para Daniel Schávelzon, arqueólogo dedicado a la historia de la arqueología mexicana, el origen de la disciplina se remonta al año 1675, con las excavaciones realizadas por Carlos de Sigüenza y Góngora,7 en la Pirámide del Sol, Teotihuacan, Estado de México, para conocer la naturaleza de la pirámide y obtener información sobre los pobladores de la antigua ciudad.

Dichas excavaciones son consideradas como las primeras con un carácter netamente arqueológico, no sólo en México, sino en toda América.V Sin embargo, debemos decir que en verdad no se tiene idea clara de las características de las excavaciones, puesto que los informes de las mismas fueron extraviados y, por lo mismo, las referencias con que contamos son secundarias.
Bajorrelieve teotihuacano
desarrollado por quadrato