CONACYT
MAYO DE 2009
Inicio
Secciones
Artículos
+Tabaquismo pasivo: molesto y dañino
1. Inicio
2. Placentas que fuman
3. Tabaquismo pasivo
4. Tabaquismo pasivo infantil
5. Tabaquismo pasivo y cáncer de pulmón
6. Tabaquismo pasivo y enferemedad cardiovascular
7. Hemerografía
+Sueño y salud
1. Inicio
2. ¿Dormir para qué?
3. Dormir, una inversión importante
4. Somnolencia y fatiga crónica
5. Trastornos del sueño
6. Bibliohemerografía
Artículos anteriores
Entrevista
+IPhO: el Olimpo de la física en México
1. Inicio
2. Competencia justa
3. ¿Cómo enseñar física?
 
Descargar Internet Explorer
Descargar WinZip
Descargar Adobe Reader
Descargar Quicktime

Descargar RealPlayer

Descargar Flash Player
 

susana romero garcÍA, HERIBERTO PRADO GARCÍA
Y JOSÉ SULLIVAN LÓPEZ GONZÁLEZ
Tabaquismo pasivo
Tabaquismo pasivo es la inhalación involuntaria del humo producido por fumadores de tabaco existente en espacios cerrados.

El humo del tabaco se compone de una corriente primaria, que inhala el fumador, y una corriente secundaria –compuesta por humo residual proveniente de la combustión espontánea del cigarro y el humo exhalado por el fumador– en la cual se han identificado más de 4000 sustancias nocivas; al menos 60 son probables carcinógenos humanos, como los 4-aminobifenoles, benceno, níquel; otras sustancias tóxicas son monóxido y dióxido de carbono, nitrosaminas y amoniaco, además de partículas en suspensión como nicotina y alquitranes sospechosos de causar 85% de los cánceres. De hecho, es posible que el humo inhalado por los no fumadores sea más nocivo que el inhalado por los fumadores.

En 1972, el Instituto Nacional de Salud estadounidense estableció la relación entre el tabaquismo pasivo y cuatro
aspectos sanitarios concretos: aumento de morbi-mortalidad perinatal, incremento de infecciones respiratorias en la infancia, alteraciones de las mucosas y agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares preexistentes. Entre los grupos de población más vulnerables se encuentran: niños, mujeres gestantes y los enfermos crónicos.

En 1981 fueron publicados los primeros estudios importantes sobre el tabaquismo pasivo realizados por el doctor Takeshi Hirayama y su equipo, quienes realizaron un estudio para constatar si el cáncer de pulmón aumentaba en fumadores pasivos, evaluando mujeres mayores de cuarenta años con maridos fumadores y no fumadores. El resultado fue que la tasa de muerte por esta causa en mujeres no fumadoras aumentaba en relación al número de cigarrillos fumados al día por sus maridos; más aún, la incidencia de muerte por cáncer de pulmón en mujeres cuyos maridos fumaban veinte o más cigarrillos por día fue el doble que las mujeres con maridos no fumadores.

Fuentes de mayor exposición:

El domicilio
El ambiente laboral
Lugares públicos: sitios recreativos, medios de
transporte…

Estudios para valorar la prevalencia* del tabaquismo pasivo:

Epidemiológicos: Un estudio epidemiológico busca conocer con qué frecuencia se presenta un padecimiento,
así como establecer la asociación entre uno o varios factores de riesgo y la enfermedad misma.

Basados en determinaciones biológicas: medición de niveles de cotinina en saliva, orina y sangre; tasa de carboxihemoglobina en sangre venosa o niveles de monóxido de carbono en aire espirado.

Al menos 60 sustancias de las 400 localizadas en el humo del cigarro son probables carcinógenos humanos, como los 4-aminobifenoles, benceno, níquel; otras sustancias tóxicas son monóxido y dióxido de carbono, nitrosaminas y amoniaco, además de partículas en suspensión como nicotina y alquitranes sospechosos de causar 85% de los cánceres.

Enfermedades relacionadas con el tabaquismo pasivo: cardiovasculares, respiratorias crónicas –incluyendo asma, bronquitis crónica y enfisema – alteraciones en infantes y cáncer pulmonar. No obstante, también se presentan otras neoplasias como en laringe, boca, mama y vejiga, enfermedad vascular periférica e incremento de infecciones respiratorias.


Humo de cigarro
desarrollado por quadrato