CONACYT
MAYO DE 2009
Inicio
Secciones
Artículos
+Tabaquismo pasivo: molesto y dañino
1. Inicio
2. Placentas que fuman
3. Tabaquismo pasivo
4. Tabaquismo pasivo infantil
5. Tabaquismo pasivo y cáncer de pulmón
6. Tabaquismo pasivo y enferemedad cardiovascular
7. Hemerografía
+Sueño y salud
1. Inicio
2. ¿Dormir para qué?
3. Dormir, una inversión importante
4. Somnolencia y fatiga crónica
5. Trastornos del sueño
6. Bibliohemerografía
Artículos anteriores
Entrevista
+IPhO: el Olimpo de la física en México
1. Inicio
2. Competencia justa
3. ¿Cómo enseñar física?
 
Descargar Internet Explorer
Descargar WinZip
Descargar Adobe Reader
Descargar Quicktime

Descargar RealPlayer

Descargar Flash Player
 

JUAN CARLOS VÁZQUEZ GARCÍA
Inicio
Todos los seres vivos que habitan la Tierra han evolucionado a través de millones de años para adaptarse tanto al espacio físico que los rodea como a las manifestaciones terrestres del transcurso del tiempo. La forma de las plantas y la anatomía de los animales cumple con una cuidadosa adaptación que garantiza la supervivencia en los ambientes terrestre, acuático y aéreo. Asimismo, todos los seres vivos exhiben un proceso de adaptación con respecto al tiempo que les permite mantener un equilibrio homeostático en la función orgánica, pero en los animales este proceso también permite una adaptación conductual.

La adaptación de los seres vivos al tiempo está determinada por la duración de los periodos de rotación de la Tierra sobre su propio eje y alrededor del Sol, los cuales se manifiestan, principalmente, mediante la alternancia de ciclos de luz y oscuridad, así como por las estaciones del año. En los seres humanos, al igual que en otros animales, la adaptación al tiempo se puede observar de dos formas: la primera es su crecimiento y desarrollo (de la gestación a la muerte), y la segunda es un ritmo biológico endógeno, que con frecuencia llamamos reloj interno o reloj biológico, localizado en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, en la base del cerebro. Los ritmos biológicos nos permiten estar fisiológicamente preparados para enfrentar cambios predecibles en el tiempo, y la cronobiología es la ciencia que estudia sus mecanismos y significados.

La característica principal de los ritmos biológicos es su duración o periodo, el cual está sincronizado con los ciclos terrestres. Cuando la duración de un ritmo biológico es de aproximadamente 24 horas, se denomina ritmo circadiano (de circa: acerca de, y dies: día); los periodos alternantes del ciclo de sueño-vigilia (estar dormido o despierto) conforman el mejor ejemplo de este ritmo. Los ritmos biológicos con duración menor a 20 horas se denominan ritmos ultradianos; ejemplo de éstos son las diferentes etapas de sueño que se suceden en ciclos repetidos. Asimismo, existen ciclos que duran más de 28 horas y se denominan infradianos, como el ciclo menstrual en las mujeres; incluso pueden existir ritmos circanuales, como los periodos de hibernación de algunas especies animales (figura 1).

Los ritmos biológicos ya están genéticamente determinados y sincronizan nuestros procesos fisiológicos, así como nuestras conductas y actividades en relación con los estímulos ambientales. Una característica
de estos ciclos es que pueden persistir aun en ausencia total de estímulos externos. El ciclo sueño-vigilia puede correr libremente en periodos muy cercanos a 24 horas y determina que aún en ausencia total de luz u oscuridad, un individuo dormirá una tercera parte de cada 24 horas.
Mujer dormida

CURRÍCULUM

Juan Varlos Vázquez García es subdirector de Enseñanza y Laboratorio del Sueño en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, SSA.


CITA ESTE DOCUMENTO

Versión impresa
Norma ISO 690

VÁZQUEZ GARCÍA, Juan Carlos. "Sueño y Salud". Revista Ciencia y Desarrollo, Mayo 2009, Vol. 35, no. 231, p. 24-30.

Versión electrónica
Norma ISO 690-2

VÁZQUEZ GARCÍA, Juan Carlos. "Sueño y salud" [en línea]. Revista Ciencia y Desarrollo, Vol. 35, no. 231, Mayo 2009. Disponible en: Colocar URL. [Consulta: 1 Mayo 2009]


desarrollado por quadrato