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NOVIEMBRE DE 2006
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RosalÍa Vidal Zepeda
LucÍa G. MatÍas RamÍrez

UN ENCUENTRO CON EMILY
Diario de una experiencia climatolÓgica


EMILY
Diario de una experiencia climatológica
Lunes 18 de Julio 2005


De la medianoche a las tres de la mañana, subió el sonido del viento, era como estar bajo un avión con los motores encendidos. De pronto, a las 3:30 a. m. el viento abrió la puerta principal, trayendo agua y unas ramas de palma; hubo algunos gritos que despertaron a todos; las personas que estaban cerca de la entrada se levantaron al sentir la lluvia y se apresuraron a atrancarla con costales de arena.

La furia del viento continuó hasta las 4.30 a. m.; por momentos cedía, pero luego se intensificaba. A las 5 de la mañana pudimos asomarnos. Todavía no amanecía, el ambiente era tibio, el viento intenso y no llovía. Media hora después, con las primeras luces del lunes, desayunamos frente a un mar sucio e inquieto. Había árboles muy maltratados, los más altos y frondosos yacían de costado con las raíces expuestas al ser arrancados por el viento.

Estábamos incomunicados: la carretera era intransitable, los postes habían caído como fichas de dominó, dejándonos sin energía eléctrica.

La marea de tormenta cambió la fisonomía de las playas, dejó expuesta la roca de los arrecifes. Había encharcamientos en corredores y habitaciones, así que todos los huéspedes comenzamos la labor de limpieza. Los vidrios resistieron, los techos, paredes, ventanales y pisos estaban tapizados por una especie de confeti formado de pedacitos de hojas y pasto.

Alrededor de las 9 a. m. caminamos por la playa, entre piedras y sargazo, hacia los hoteles vecinos. Eran muchos los caracoles que sacó el mar, devolvimos los que continuaban vivos.

Los hoteles estaban en buenas condiciones, el personal trabajó solidariamente. Dos días después, en el pueblo, las calles lucían limpias y el servicio eléctrico se reestablecía por sectores.

La participación de la población y todos los sectores de gobierno –federal, estatal y municipal–, la iniciativa privada y los medios de comunicación ayudaron a que los daños sólo fueran económicos, por lo que se cumplió el objetivo principal de Protección Civil: proteger la vida de los habitantes.

A finales de octubre del mismo año, el huracán Wilma causó graves daños en la misma región y actualmente se trabaja en la reconstrucción.

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