Después de casi una década de arduo trabajo científico, los investigadores del Laboratorio de Química y Biotecnología de Productos Lácteos, de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal, del CIAD, en Hermosillo, Sonora, están próximos a comercializar una patente otorgada en los Estados Unidos, la cual se logró gracias a demostrar que, mediante el uso de bacterias ácido-lácticas específicas, es posible producir leches fermentadas tipo yogur bebible que, al ser consumidas, reducen significativamente la presión arterial y el ritmo cardiaco, además de mejorar el perfil de lípidos en la sangre, lo que reduce el colesterol malo; es decir, el colesterol de baja densidad.
     Los efectos benéficos de estas leches fermentadas han sido demostrados no sólo en los estudios in vitro, sino en los llevados a cabo con ratas hipertensas, así como en un estudio clínico realizado en humanos.

     En relación con la oportunidad de mercado, podemos decir que, entre los derivados lácteos, el yogur es el que registra el mayor dinamismo. La producción de los bebibles y licuados registra los mayores porcentajes de crecimiento, seguidos de los elaborados con frutas, mientras que, en último lugar, se ubica la producción de yogur natural. De acuerdo con un análisis del sector lácteo realizado por la Secretaría de Economía, en 2012, en conjunto, este mercado ha crecido a una tasa promedio de 7.3%, entre 2005 y 2011.
     Los investigadores responsables de este trabajo, Belinda Vallejo Galland y Aarón Fernando González Córdova, se encuentran muy complacidos con los resultados, ya que, comentan: “se ha reportado que millones de personas en todo el mundo padecen de hipertensión; en ocasiones, sin tener conocimiento de su estado”. De hecho —agregan— este padecimiento es conocido como el asesino silencioso, dado que, a la larga, el daño al organismo puede ser severo.
     Vallejo Galland y González Córdova esperan que pronto pueda estar disponible el producto en el mercado de las leches fermentadas antihipertensivas y que se aprovechen los beneficios que este producto ofrece.
     La patente en mención fue otorgada, recientemente, por la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos y, actualmente, se encuentra en proceso la obtención de la correspondiente en México. Si las cosas se desarrollan de acuerdo con lo planeado, los primeros productos pronto estarán disponibles en los anaqueles. 
     “Hemos trabajado en este proyecto por diez años y estamos muy cerca de alcanzar nuestra meta: que estos productos lleguen a los consumidores en México”, comentaron los investigadores. 
     Actualmente, existen algunas marcas comerciales de productos lácteos en otros países, tales como Calpis® y Evolus®, que contienen péptidos antihipertensivos; pero, éstos no son aún accesibles para la población mexicana.
     Los investigadores prevén que esta leche fermentada será el primer producto en su tipo elaborado y comercializado en México, el cual, comentaron, está respaldado por el trabajo de investigación que se desarrolló con estricto escrutinio científico