Monitorean productos del mar para identificar toxinas nocivas para la salud humana
En los ríos y mares existen microorganismos, como las microalgas, que producen diferentes toxinas causantes de efectos nocivos a los humanos, al consumir moluscos contaminados con dichas toxinas.
Investigadores del Laboratorio de Biotoxinas Marinas, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología-UNAM, realizan un monitoreo de ejemplares de moluscos bivalvos (mejillones, almejas y ostiones) para detectar si están contaminados con toxinas nocivas que pueden afectar la salud de los humanos.
“Estamos estudiando a unos dinoflagelados (Gymnodinium catenatum), —seres microscópicos unicelulares que forman parte del fitoplancton— localizados comúnmente en el Pacífico mexicano, los cuales se caracterizan por producir toxinas paralizantes que son acumuladas en los tejidos de los moluscos bivalvos y, cuando son consumidos por humanos, éstos pueden sufrir los síntomas de envenenamiento que inician con el adormecimiento de labios y dedos y, en concentraciones altas, pueden provocar la muerte por paro cardiorrespiratorio”, explica la doctora Rosalba Alonso Rodríguez, líder de esta investigación.
Según la doctora Alonso Rodríguez, este dinoflagelado se presenta en los meses fríos del año y es cuando se espera su presencia, “nosotros realizamos un monitoreo para identificar si estas toxinas fueron acumuladas por los moluscos, en tal caso, analizamos el ostión de roca y de la especie C. sordida, de manera que, si encontramos que la presencia de las toxinas rebasa los límites permisibles, damos aviso a las autoridades pertinentes, quienes se encargan de implementar un sistema de contingencia para alertar a la población sobre el consumo de moluscos”.
También hemos hecho bioensayos en los cuales exponemos peces, moluscos y crustáceos a este dinoflagelado, para analizar la acumulación de las toxinas que produce, así como el periodo de desintoxicación; pronto tendremos primeros resultados de este estudio.
“Es importante mantener vigilados los productos marinos en los lugares de captura y cultivo de moluscos para asegurar al consumidor que los productos provenientes del mar estén libres de las toxinas que pueden dañar su salud”, concluye