Ciencia en el mundo


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Se trata de un robocóptero diseñado para tomar muestras de los materiales de la superficie de la luna de Saturno, Titán; además, también puede medir su composición. También está capacitado para explorar una variedad de ubicaciones para caracterizar la habitabilidad del entorno lunar. Fue diseñado por especialistas del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y ayudará a responder preguntas científicas clave en disciplinas que incluyen química prebiótica y astrobiología, meteorología, geofísica y geomorfología.

Científicos españoles de la Universidad de Oviedo y del Instituto de Astrofísica de Canarias descubrieron, con la ayuda del telescopio espacial Kepler, un exoplaneta del tipo supertierra que es 2.1 veces mayor que el radio de la Tierra. Se encuentra fuera de nuestro Sistema Solar, en la constelación de Libra, a unos 244 años luz.  

Cuando un conjunto de computadoras o celulares transfieren información al mismo tiempo a través de una red es común que se produzca una colisión entre los paquetes de datos que se están transmitiendo, lo que impide la recepción de éstos en los dispositivos. Para resolver este problema, científicos japoneses de la Universidad de Tsukuba diseñaron un modelo matemático a partir de los sonidos que emiten los anfibios.
        Lo que se busca es evitar los errores de transmisión de datos entre los dispositivos que se conectan a una misma red. Según Ikkyu Aihara, tras estudiar el “croac” de cuatro grupos de tres ranas macho encontraron que estos animales son capaces de controlar los intervalos de sus llamadas evitando solaparse entre ellos, en una escala muy corta de tiempo; por otro lado, en un plazo más largo sincronizan colectivamente sus cantos o pasan a un estado de silencio.

        Posteriormente, los científicos crearon la fórmula matemática que permite replicar el patrón de los sonidos de las ranas a la transmisión de datos entre los dispositivos que están conectados a una red.
        Se realizó una simulación con 100 dispositivos conectados, demostrando que éstos se adaptan bien al intervalo de transmisión de datos y que los dispositivos vecinos podían cambiar conjuntamente su estado para crear una mejor conectividad entre ellos y reducir el consumo de energía.
        La eficiencia en la aplicación de esta fórmula matemática permitirá que sea aplicada en las comunicaciones y evitar colisiones de paquete ante el aumento repentino del uso de internet.
        El comportamiento de las ranas será útil para desarrollar dispositivos electrónicos como celulares más eficientes y que consuman menos energía.

Científicos del Imperial Collage de Londres, dirigidos por el doctor Ben Almquist, crearon una molécula que impulsa la reparación natural del cuerpo. Debido a que el proceso de reparación de tejidos cambia con el tiempo, es importante buscar materiales que interactúen con éstos para producir la curación.
        Cuando ocurre una lesión, las células se “arrastran” a través de los andamios de colágeno de las heridas; al tirar de éstos se activan las proteínas curativas para reparar el tejido. El equipo desarrolló este método natural con las moléculas artificiales denominadas TRAP (traction force-activated payloads, por sus siglas en inglés, o carga útil activada por fuerza de tracción).

        Para conseguirla, primero, doblaron segmentos de ADN conocidos como aptámeros (ácidos nucleicos de cadena sencilla); después les agregaron una especie de “mango personalizable”, que las células pueden agarrar en un extremo y unirse al extremo opuesto a un andamio como el colágeno.
        Durante las pruebas se observó que las moléculas TRAP, al arrastrarse a través del colágeno, podían activar las proteínas que inducen a las células curativas a crecer y multiplicarse; además, al modificar el mango celular también es posible cambiar el tipo de células que tira de éste, lo que permite adaptar las TRAP para liberar algún tipo de proteínas terapéuticas específicas, según el topo de células presentes en un momento dado. De esta manera se logra producir materiales capaces de interactuar inteligentemente con el tipo de células que se requiere para la reparación de una herida.
        Cabe destacar que esta es la primera vez que se activan proteínas curativas con materiales artificiales como las TRAP y, debido a que son adaptables a diferentes tipos de células, podrían utilizarse en una gran variedad de lesiones como fracturas de huesos, nervios dañados, entre otras.
        Gracias a que las TRAP son sencillas de crear, es factible que puedan ser integradas al diseño de fármacos.
        Es capaz de interactuar con nuestro cuerpo para promover la curación de las heridas.

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