Desde la revolución industrial, los efectos de la actividad humana en los procesos naturales han llegado a ser de tal magnitud que han provocado alteraciones severas, en algunos casos, difíciles de revertir. Dos problemas sobresalen; por un lado, la contaminación debida a la emisión de gases y desechos sólidos, producto del alto consumismo y, por el otro, la degradación y el agotamiento de los recursos naturales. Uno de los materiales de desecho de mayor importancia es sin duda el plástico, ya que difícilmente podrían suprimirse sus diversas aplicaciones. Desafortunadamente, la mayor parte del plástico desechado, se conforma de envases, productos que tienen una vida útil efímera, pero cuya producción implica grandes gastos de recursos no renovables, por su origen petroquímico.
Sin embargo, el origen de estos problemas parece recaer en la indiferencia de la sociedad, debido a que las personas tienen muy poco conocimiento sobre qué es un plástico, cómo se obtiene, cuáles son los tipos y sus aplicaciones, y cuáles son los procesos de transformación
del mismo. Tal parece que se han olvidado factores fundamentales: primero, los plásticos no son biodegradables (es decir, sustancias que puedan ser descompuestas con cierta rapidez por organismos vivientes, los más importantes de los cuales son bacterias aerobias), pueden pasar siglos antes de presentar efectos de degradación; y en segundo lugar, es importante remarcar el origen petroquímico y que la crisis energética afectará el desarrollo industrial del plástico.
Sabemos que el petróleo es un recurso no renovable y limitado, cuya extracción resulta cada día más difícil y costosa, por ello es imperativo propiciar la cultura del reciclaje. Pero, ¿qué es reciclar? Su definición ha sido tan tergiversada que, para muchos, simplemente significa recolectar algún material de desecho para volverlo a utilizar, pero la recolección es tan sólo el inicio de un largo proceso. Reciclar implica desde la recolección e identificación de los materiales de desecho, su transformación o reducción a sus componentes iniciales hasta los procesos en los cuales se obtendrán nuevos materiales que pueden ser distribuidos como materias primas para crear nuevos artículos (figura 3).
Afortunadamente existen medidas establecidas para facilitar la recolección y separación de los principales plásticos de uso comercial en el área de paquetería y envases, reduciendo de esta manera el tiempo invertido en el reciclaje a través de una simbología simple (tabla 1). Otro problema por solucionar es el del mercado al cual se destina el material reciclado, ya que los precios otorgados por kilogramo de plástico con fines de reciclado no hace atractiva la recolección y separación del mismo, pues es preferible la recolecta de otros materiales que proporcionan mejores ingresos como papel, cartón, metales, etcétera.
Por lo anterior, es ineludible mejorar y establecer nuevas tecnologías en cuanto a los procesos de recuperación de plásticos y buscar solución a este problema tan nocivo para la sociedad y que día a día va en aumento, deteriorando el medio ambiente.