El año 2008 ha sido denominado por la Asamblea General de la ONU, el Año Internacional del Planeta Tierra, para lo cual se ha lanzado un programa de colaboración internacional para el trienio 2007-2009. El propósito es contar con una base de datos que integre información pasada y presente de nuestro planeta, útil para el pronóstico de eventos futuros. Dentro de los esfuerzos de este programa destaca la necesidad de la divulgación científica, tanto en su aspecto educativo como de alcance social.

Ciencia y Desarrollo se suma a este esfuerzo, incorporando en este número tres investigaciones sobre la llamada “Pequeña Edad de Hielo” (PEH), un suceso comprendido entre los años 1350 y 1850, durante el cual se presentaron bajas temperaturas en el planeta, principalmente en su hemisferio norte. Cuando se pensaba que este período glacial sólo afectó al Atlántico Norte, científicos mexicanos se han dado a la tarea de investigar cómo afectó a nuestro país, y para ello recurren al archivo natural, es decir, la huella que el clima ha dejado en la Tierra.

A través de microfósiles, cenizas, partículas de carbón, minerales y rocas erosionadas en las montañas más altas del país, así como del estudio de los anillos de los árboles, analiza una serie de datos que permiten inferir hipótesis y reconstruir el clima en la zona centro y norte del país durante la PEH. Al adentrarse en el tema, uno va descubriendo la importancia de la ciencia y el nivel de especialización que han alcanzado sus diferentes disciplinas, que nos ayudarán a comprender y realizar acciones para mejorar el medio ambiente.

En esta edición incluimos un artículo sobre la UNESCO, ¿qué hace, cómo funciona,quién la financia, cuál es su forma de gobierno? , información de este organismo perteneciente a la onu que promueve la educación entre sus países miembros y muchas más actividades de las que nos imaginamos. También encontrará usted un artículo sobre nanopartículas, tema al cual le hemos dedicado varios números y lo seguiremos haciendo, dado que este es uno de los avances de la ciencia moderna que aún tiene mucho que aportar a la humanidad.

En las secciones fijas destaca, por su importancia estratégica, una entrevista sobre los avances del Laboratorio Nacional de Grids, proyecto de alto rendimiento de la computación, es decir, cómo integrar una red de computadoras de distintas instituciones de investigación –públicas y privadas– que se encuentran en diferentes regiones del país para compartir datos, imágenes, memoria e igualar así el potencial de una supercomputadora; hoy, la ciencia requiere del trabajo multidisciplinario para lograr una mejor gestión del conocimiento. Del éxito de este laboratorio dependerá sin duda la instalación de otros que incorporen los resultados de investigaciones hoy dispersas y que, en un ambiente de colaboración, traerán excelentes resultados para el país.