LA MESA CENTRAL DE MÉXICO, EN JULIO, ES UNA ZONA DE LLUVIAS CASI DIARIAS; SIN EMBARGO, DESPUÉS DE UN BUEN AGUACERO, SUELE DESPEJARSE Y, LA AUSENCIA DE NUBES, NOS DEJA VER UNA ATMÓSFERA LIMPIA DE CONTAMINACIÓN Y PODEMOS DISFRUTAR DE UN MAGNÍFICO CIELO ESTRELLADO.
Este mes,en el hemisferio norte, a eso de las 22 horas, tenemos sobre nuestras cabezas a cuatro constelaciones inconfundibles: la pequeña Lira con su estrella principal Vega, el Cisne con Deneb, el Águila con Altair y la constelación Hércules que contiene ese maravilloso cúmulo globular M-13, uno de los más bellos del cielo. Las estrellas mencionadas, Vega, Deneb y Altair forman el famoso Triángulo de Verano. Mirando hacia el este, comienza a surgir la constelación Pegaso que anuncia la próxima aparición de Andrómeda, nuestra vecina galaxia espiral.
En el hemisferio sur, culminando sobre el horizonte, observamos a dos constelaciones, también inconfundibles: Scorpio y Sagitario; Scorpio, un poco al oeste, con su estrella gigante roja Antares y Sagitario, parecida a una tetera antigua; a la izquierda de Scorpio, y arriba de ella se encuentra el centro de nuestra galaxia la Vía Láctea, cuyo núcleo oscurecido por gruesos estratos de polvo y materia oscura no podemos ver.