En la primera edición de su libro Das Marsprojekt (El proyecto Marte), escrito en alemán, en 1948, Wernher von Braun, pionero y artífice en la conquista del espacio, nos advierte:
“Los viajes espaciales no pueden ser llevados a cabo por ningún inventor de patio trasero, sin importar cuan ingenioso pueda ser. Eso sólo puede realizarse mediante el esfuerzo coordinado de científicos, tecnólogos y organizadores pertenecientes a prácticamente todas las disciplinas; son esenciales los médicos, los astrónomos, los ingenieros y los pilotos de prueba, pero no menos lo son: economistas, industriales, políticos diplomáticos y muchísimos más... Nosotros, los coheteros del espacio, hemos resuelto reunir talentos entusiastas en la cohetería, dado que ésta es sinónimo de los futuros viajes del ser humano por el espacio”.
Así comienza von Braun su libro, traducido al inglés, en 1953, en el que demuestra cómo ya en aquellas fechas, con la tecnología disponible, hubiese sido posible realizar una expedición al planeta Marte, nada menos que con 70 especialistas en las disciplinas necesarias; expedición científica que duraría un par de años y cuyo resultado develaría la mayor parte de las incógnitas que, todavía hoy día, más de medio siglo después, nos siguen teniendo perplejos.
En la tercera edición del texto (1991) se incluye una introducción escrita por Thomas O. Paine, ex administrador de la NASA, en la cual se ilustra con lujo de detalles lo que este personaje llamó el algoritmo de los vuelos espaciales.
Me he animado a traducir libremente esta introducción porque en ella se presenta de manera seria, histórica y libre de prejuicios, el papel que von Braun jugó en el desarrollo de la cohetería, que culminó con los viajes a la Luna logrados a partir del 16 de junio de 1969 abriendo así el camino para lo que finalmente, él hubiera deseado presenciar: el arribo a Marte del ser humano.
