Desde que entró como investigadora al Centro Nacional de Investigación de la Danza “José Limón” fue muy interesante cómo ha puesto en palabras las características de sus procesos creativos como coreógrafa e intérprete de la danza. “Escribir sobre la creación artística no es empresa fácil. Sin embargo, la reflexión de las distintas etapas por las que transita cada obra creativa antes de llegar a ‘su puesta en escena’ es indispensable para comprender la vida interior que tiene cada una de ellas”.
     “En la danza se pasa muchos años aprendiendo técnicas y metodologías corporales que animan al bailarín, no solamente a moverse en el tiempo y espacio de manera interesante, sino a poder expresar emociones, conceptos e ideas con libertad”.
     Relata que, al haberse formado como bailarina en la danza clásica española, en el flamenco y más tarde en la danza contemporánea, fue construyendo lenguajes escénicos en la multidisciplina. E insiste en el papel vital que tiene la investigación en procesos creativos a fin de averiguar cuáles son todas esas herramientas que se transforman en acciones y permiten enriquecer la metáfora.

Así es como se describe “Hipotermia”, una obra coreográfica que le llevó dos años de investigación y ensayos a la artista para llegar a ese punto en el que decide presentarla al público en una temporada del 9 de marzo al 9 de abril de 2017, en el Foro “Sor Juana Inés de la Cruz” del Centro Cultural Universitario.
     Sobre esta obra comenta “siento que cuando entro a un escenario o estoy en proceso de investigación estoy haciendo una cirugía. Con la misma precisión y contundencia que una cirugía. Esta obra, que habla de la hipotermia como el estado de baja temperatura corporal y la desconexión con la vida, la encontré muy llena de sentido para hablar de lo que estamos viviendo en estos tiempos”.
     Para comprender el fenómeno de la hipotermia y con ello llegar al resultado escénico, la investigadora habló con médicos, físicos y químicos. A partir de las conclusiones trabajó la metáfora de “la falta de calor en el cuerpo” con músicos, iluminador, escenógrafo y vestuaristas creando los elementos dramáticos del montaje y llevando una investigación de índole físico-médica a un producto estético artístico.
     “Para mí el CENIDI-Danza hace que yo provoque una serie de reflexiones que hacen un método científico de mis puestas en escena”. 
     “Mis procesos creativos han quedado registrados en bitácoras de investigación. Con estos registros uno puede comprender los laberintos, el orden, el caos, las rutas de acciones que se toman cada día de creación y de presentación ante el público. Quedan por escrito errores y aprendizajes, estrategias y resultados tanto temáticos como técnico-dancísticos. Las bitácoras son el reflejo del desarrollo del creador frente a su obra y del desarrollo de la obra frente a su creador. Después viene la información visual que también es importante ordenar y hacerla parte de la historia de cada artista”.
     Me parece muy importante que la investigación pueda llevarme a profundizar en cada creación coreográfica y darme mayor claridad para poder articularla”, comparte emocionada y casi danza mientras nos habla.

Así como cada puesta en escena, desde hace más de 35 años, ha implicado un proceso científico y artístico, la investigadora también se interesa en dejar por escrito la técnica de danza y las enseñanzas que recibió de su maestra Martha Forte. “Me pareció importante escribir sobre ella, que transmitió la técnica de la danza clásica española con intuición e inteligencia, pues tenía muy claro el fortalecimiento del humanismo en sus clases. Gracias a que mis maestros de danza me enseñaron a ser una buena persona, consideré la danza y el arte un estudio permanente, como la medicina”.
     “Hoy en día el reto está en que los maestros entendamos cómo funciona el cuerpo en la danza, en la creación coreográfica y en los impulsos creativos que pueden ser llevados a una realidad estética. Necesitamos vivir la experiencia de esta plenitud: estudiar una técnica, sentir su libertad, observar los impulsos creativos, investigar ideas, aprender de los procesos. No le damos importancia a la ciencia y al arte como dos puntos que anclan el pensamiento y que lo desarrollan y transforman en un bien humano”. 

Pilar Medina tiene un corazón mestizo, un alma de madre que ama a su hijo y adora sus creaciones. Se emociona cuando habla de sus nietos y se le hincha la voz cuando narra el final de una temporada y el inicio de un nuevo proyecto. Nos invita: “cuando al escribir nombras las cosas, éstas tienen realidad. Invito a que escriban para que las experiencias se queden en ti, para que las puedas transmitir”.

• Maestra en danza española (INBA)
• Fundadora del Taller de Experimentación Gestual. 
• Miembro del Sistema Nacional Creadores de Arte.
• Jurado del Fonca en el área de danza.
• Premio Nacional de Danza “José Limón” 2008. 
• Miembro del Cenidi-Danza “José Limón” (1999-a la fecha).
• Coordinó el Seminario para Artistas Escénicos en el Cenidi-Danza “José Limón”.
• Docente en México y los Estados Unidos.
• Autora de más de una decena de obras coreográficas que se han presentado en Europa, Asia y América.
• Imparte cursos y talleres dentro y fuera del país.