Confirman que tiene un efecto antioxidante y contribuye a disminuir la glucemia en diabéticos.
Según estudios etnomédicos, las hojas de la chirimoya tienen la facultad de disminuir la glucemia en pacientes diabéticos, de modo que, con el interés de dar validez científica a estos efectos, especialistas de la Escuela Superior de Medicina-IPN y de la Unidad de Investigación Médica en Farmacología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, estudian los compuestos de esta planta.
“Lo que hicimos fue obtener el conjunto de compuestos que integran el extracto de las hojas de chirimoya, para ello lo sometimos a un proceso de, aproximadamente, cuatro fases, en cada una de éstas empleamos pruebas biológicas de disminución de glucemia en ratas diabéticas tipo II, lo que nos permitió aislar el compuesto responsable del efecto”, explica el doctor Fernando Calzada Bermejo, miembro del equipo investigador.
Con este estudio se logró confirmar que, efectivamente, el extracto de hojas de chirimoya propicia la disminución de glucosa; además se obtuvo el compuesto responsable de este resultado: “Medimos dicho efecto en periodos de 0, 2 y 4 horas, que es el margen de tiempo en el que actúan los fármacos actuales utilizados para disminuir la glucosa, y observamos que éste se prolonga a lo largo de un mes; incluso, hasta dos semanas después de concluir el tratamiento”, explica el doctor Calzada Bermejo.
Por otro lado, se ha demostrado que el compuesto aislado responsable del efecto antidiabético tiene capacidad antioxidante. “Esto es muy importante, porque el paciente diabético presenta un estrés oxidativo permanente; lo cual ocasiona que parte de la insulina que produce el páncreas se oxide y ya no funcione en el organismo”, menciona la doctora Ivonne María Olivares Corichi, también integrante del equipo de especialistas.
El compuesto aislado reguló bastante bien la glucemia, manteniendo a las ratas en buen estado, como si fueran animales sanos y, además, es un antioxidante; es decir, “tiene dos efectos —por lo menos— porque en la bibliografía científica se ha visto que también es un cardioprotector. Una vez que demostramos el efecto biológico se realizó el estudio de toxicidad y, encontramos que es de nivel 4, es decir, es inocua, lo que sigue es desarrollar la formulación, la cual será vía oral y puede ser en suspensión o tableta”, concluye el maestro Jesús Iván Solares Pascacio, quien también participó en esta investigación.

Para detectar micetoma y aplicar tratamientos más efectivos.

El micetoma es una infección cutánea y se presenta en dos tipos, eumicetoma, que es causada por hongos, y actinomicetoma, de origen bacterial; de esta última, 80% de los casos detectados en el país han sido relacionados con la bacteria Norcardia brasiliensis.
El micetoma se adquiere en ambientes rurales; la bacteria entra al cuerpo a través de pequeñas heridas en la piel; se presenta, mayoritariamente, en personas que trabajan en el campo; suele afectar brazos, piernas y, después, el tronco. Aunque es poco común la afección en cabeza o tórax, llega a haber casos. “Los pacientes comienzan con una inflamación, sin dolor, después se les forman nódulos o bolitas que provocan heridas por las que sale pus”, explica la doctora Ana Rosa Muñoz Duarte, del Departamento de Sistemas Biológicos-UAM, responsable de esta investigación.
La investigadora, junto con especialistas de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas-IPN, estudia la bacteria Norcardia brasiliensis y explica: “hoy en día no existe un panel de fármacos de primera elección; generalmente, se utiliza Trimetoprin con sulfametoxazol y amikacina para tratar a los pacientes, pero éstos no siempre responden positivamente al tratamiento. “Lo que estamos haciendo en este trabajo es utilizar una metodología que consiste en someter a la bacteria causante de la infección mediante diferentes antibióticos para identificar cuál puede eliminarla. Con esta prueba, el médico tratante podrá determinar qué fármaco es más efectivo para combatir el micetoma, y pretendemos que en un futuro el paciente pueda tener un tratamiento personalizado que le brinde más posibilidades de curarse”, menciona.
“Por el momento, hemos encontrado dos antibióticos que no se utilizan actualmente en este tipo de infecciones, pero tienen un efecto importante; es decir, logran eliminar las bacterias en concentraciones bajas, por lo que son buenos candidatos para el tratamiento de micetomas. Lo que queremos es encontrar un método rápido, sensible, económico y que pueda ser utilizado en hospitales o laboratorios”, concluye.



Ciencia en México
Pilar Martínez