Daños internos celulares

El ADN no sólo se ve afectado por causas externas, sino que el enemigo también se encuentra en casa, dentro de la célula. De hecho, se sabe que en el ADN de una célula de mamífero pueden ocurrir hasta 10 mil diversas lesiones por causas internas, ya que, en ocasiones, durante el metabolismo celular se forman compuestos conocidos como radicales de oxígeno, los cuales son importantes para que la célula genere energía, pero un incremento en su producción también puede dañarla, así como al material genético allí contenido. Algunos ejemplos de radicales de oxígeno son el óxido nitrico (NO), peróxido de hidrógeno (H ₂ 0 ₂ ) y el hidroxilo (OH - ); y las lesiones más comunes provocadas por estos radicales de oxígeno en el ADN consisten en cambiar su estructura, modificar la composición química de las bases nucleotídicas y generar cortes en una o ambas cadenas. Cabe destacar que los radicales de oxígeno pueden ser generados por la propia célula, pero también por causas externas como pueden ser la contaminación industrial, el fumar o la radiación.

Otro tipo de daño interno ocurre si la propia maquinaria que replica el ADN comete errores, es decir, que forme pares G/A o C/T, por citar un ejemplo; estos pares de bases son conocidos como malos apareamientos y son capaces de provocar cambios en la secuencia de algún gen, el cual podría ser importante para evitar el desarrollo de alguna enfermedad.

Además, existe la probabilidad de que durante la replicación del ADN se formen cortes espontáneos en la doble cadena del ADN, o sólo en una de las cadenas (corte sencillo), una lesión similar a la provocada por la radiación ionizante.

Por ello es necesario que estos daños sean reparados antes de ser heredados a los descendientes para evitar la aparición de mutaciones negativas y de enfermedades relacionadas con deficiencias en la reparación de daños.