El tequila se obtiene a partir de una doble destilación del jugo fermentado del agave azul (agave tequilana Weber, variedad azul). De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-006-SCFI-1994, existen sólo dos categorías: 100% agave, que se produce exclusivamente con jugo de agave azul, la mixta que contiene 51% de jugo de agave azul y 49% de jugos de otros azúcares. Con estas categorías se elaboran los tequilas blancos, reposados y añejos.
Sin embargo, la producción del tequila, al igual que el resto de la industria de bebidas alcohólicas, enfrenta un grave problema: la adulteración. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) asegura que 30% de las bebidas alcohólicas que se venden en el país son adulteradas. En dinero, este porcentaje implica ventas aproximadas de seis a nueve mil millones de pesos, y una evasión fiscal de dos a tres mil millones de pesos, según publicó la Comisión para la Industria de Vinos y Licores1.