Este proceso, el de crear un acuerdo nacional, comenzó en nuestro país aproximadamente cinco años atrás, por lo que hoy existe “la convicción generalizada entre industriales, académicos, legisladores y el ejecutivo federal de dedicar más recursos a la ciencia y la tecnología, y esto implica asignar más presupuesto al Conacyt y a los ramos 33 y 38, pues la cantidad que estamos invirtiendo en investigación científica y tecnológica es ridículamente baja”, afirma el doctor José Luis Fernández Zayas, Coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Acerca de la forma de conseguir más recursos para invertir en el desarrollo tecnológico del país, el funcionario comenta: “están saliendo de la misma actividad económica que se basa en tecnología y de programas exitosos como el de Estímulos Fiscales del Conacyt, mediante el cual los empresarios que invierten en tecnología pueden deducir de sus impuestos hasta una tercera parte de su inversión.”

“Hemos documentado, de acuerdo con las cifras más recientes, que las empresas han invertido cerca de 20 mil millones de pesos en ciencia y tecnología, a cambio de la esperanza de deducir aproximadamente cuatro millones de pesos, lo cual da como resultado que el gobierno gane más de lo que pierde por la deducción de impuestos”.

“Por ejemplo: cada vez que una empresa invierte en tecnología hay un pago de impuestos; si contrata a la UNAM, ahí hay un pago de IVA e e ISR, y si luego la UNAMcontrata individuos, ahí hay otro IVA e e ISR; entonces, antes de que el gobierno deje de recibir el dinero –por las deducciones a la empresa– ya recibió mucho más, así obtenemos más dinero para hacer investigación, mediante un mecanismo ganar-ganar, detonando la economía interna.”

APUESTA POR LA COMPETITIVIDAD

Hacia una política de ESTADO EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA