Tipos de celdas de combustible
Hay distintos tipos de celdas de combustible. Los
enlistamos a continuación:
• PEMFC (membrana
de intercambio protónico). Actúa a
temperaturas algo bajas (alrededor de 80 grados
Celsius) y sus ventajas son mayor densidad de potencia
y vida útil. Es la tecnología que
más se usa en aplicaciones de transporte:
por ejemplo: en general, los fabricantes automotrices
la utilizan en sus aplicaciones para vehículos
ligeros (figuras
2 y 3).
• DMFC (metanol
directo). Consiste en una pequeña celda tipo
PEMFC, la cual funciona con metanol sin reformar;
es decir, la fuente del hidrógeno. Es utilizada
para aplicaciones portátiles y de microelectrónica
(cortadoras de césped, computadoras portátiles,
teléfonos celulares).
• SOFC (óxido
sólido). Opera a una alta temperatura (arriba
de 650 y hasta 1000 °C) y produce vapor, CO2
y electricidad. No requiere metales preciosos para
el catalizador, ni del proceso de reformación
(obtención de H2 a partir de hidrocarburos
ligeros). Puede utilizarse en escalas grande y pequeña,
en sistemas de alta potencia, incluyendo estaciones
de generación de energía eléctrica
para edificios o conjuntos habitacionales.
• AFC (alcalina).
Es uno de los diseños más viejos:
se usaba desde 1960 en los Estados Unidos, en programas
espaciales. Su costo es muy alto y requiere hidrógeno
y oxígeno puros comprimidos, por lo cual
es muy poco comercial. Trabaja a temperaturas entre
150 y 200 °C. Tiene alrededor de 70% de eficiencia.
• PAFC (ácido
fosfórico). Se puede aplicar en pequeños
sistemas de potencia o estacionarios. Trabaja a
temperaturas medias (de 150 a 250 °C) por eso
no es recomendable su uso en automóviles.
Requiere de un reformador externo y soporta hasta
1.5% de concentración de monóxido
de carbono (CO) en el cátodo.
• MCFC (carbonatos
fundidos). Es la más adecuada para grandes
sistemas de potencia. Actúa a temperaturas
aproximadas a 650 °C; tanto su construcción
como su operación son más económicas,
ya que usa níquel como catalizador, y como
combustible, hidrocarburos.