Quizás a muchos no les agrade el término vulgarizar y, probablemente menos aún, si se aplica tal objetivo a la difusión de los haberes y resultados del quehacer científico, tecnológico y de la, al parecer ahora, indispensable y vital innovación.
Para algunos organismos multilaterales (como el de Estados Americanos o el de Cooperación y Desarrollo Económico) es menester que en sociedades como la mexicana prive el objetivo de popularizar a la ciencia, tecnología e innovación (en adelante CTI), pero entendiéndose como tal que la información de sus logros, aplicaciones y potencialidades para el bienestar común sea cada vez más cercana a la comprensión y el acceso de las múltiples y diferentes capas poblacionales.