Odiar es una obsesión selectiva. Las personas que tienen esta vulnerabilidad nunca se sacian, aún cuando lleguen a cometer actos cargados de odio y sentirse, por momentos, relajados; pero, al poco tiempo –como sucede con la mayoría de los problemas del control de los impulsos–, la sed de odio se volverá a instalar. El odiador profesional se desconoce en esa condición y, cuando encuentra a otros como él, surgen las bandas como los Skin Heads o Hoolligans, quienes, con el pretexto de ser fanáticos de un equipo de fútbol u otro deporte, atacan a los oponentes.
En este libro se hace una descripción del perfil de los que odian en exceso, un cuestionario u odiómetro sirve para tales fines. También se describen las situaciones que con más frecuencia motivan la explosión de odio: nacionalismos, preferencias sexuales, religiones…, en una palabra, la intolerancia.
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