¿Se puede imaginar un día común y corriente de su vida sin hacer uso de la energía eléctrica? Estamos quizá tan acostumbrados a presionar un botón o a conectar un cable para obtener la energía necesaria, que no nos ponemos a pensar en todo lo que implica encender un foco, que un estéreo reproduzca música o una computadora nos facilite la elaboración de un documento. Ciertamente, son varias las instituciones y muchos los procesos que intervienen para  lograr accionar la tecnología que nos facilita la realización de múltiples actividades. Por si fuera poco, la población del país aumenta año tras año, y con ello, las demandas para abastecer de energía eléctrica a millones de personas e industrias. Pero, ¿qué se está haciendo en México para abastecer oportunamente este servicio? ¿Debería preocuparnos este asunto más allá de pagar las cuentas de luz antes de la fecha de corte?

En este mes, Ciencia y Desarrollo dedica sus páginas al trabajo de científicos y tecnólogos mexicanos del Instituto de Investigaciones Eléctricas, cuya principal ocupación y preocupación es la investigación para que México esté a la vanguardia en materia de energía eléctrica. Exploraremos las oportunidades que brinda una red eléctrica inteligente a los usuarios finales, la aplicación de los modelos de redes neuronales en la protección contra fallas de los sistemas eléctricos, la generación de energía eléctrica a partir de yacimientos geotérmicos, y la minuciosa planeación que se necesita para operar el sistema eléctrico nacional. Además, los autores nos invitan a reflexionar seriamente sobre: los  beneficios de utilizar energías renovables para asegurar el abastecimiento de energía eléctrica eficiente y limpia; los procesos y tecnología abocados a la captura y almacenamiento de bióxido de carbono y, por supuesto, la necesidad de que los ciudadanos tomemos conciencia respecto de la degradación del medio ambiente –derivada, en gran medida, del creciente consumo de combustibles fósiles para la generación de energía–.

Sin más preámbulos, le invito a adentrarse, junto con Ciencia y Desarrollo, en ese electrizante reto que implica dotar a todo un país de la energía necesaria para hacer su vida más cómoda, pero también para sustentar su desarrollo.