Si bien parte importante de la agenda del Año Internacional del Planeta Tierra se centra en temas como el calentamiento global y la mitigación de desastres como consecuencia de este fenómeno, el doctor Urrutia señala que la intención del festejo no es “darnos de topes y llorar juntos”, sino investigar y comprender la importancia de los fenómenos naturales para la vida misma del planeta.

“Fenómenos como los sismos siempre han existido, son los mismos que han moldeado la belleza natural de la Tierra: montañas, ríos, valles; lo que los convierte en desastre es el componente humano”.

En el caso de México, señala el investigador del Instituto de Geofísica-UNAM, el Año Internacional del Planeta Tierra es una oportunidad para valorar la belleza natural del país y su riqueza pues, por ejemplo, “tenemos una de las cuencas más jóvenes del mundo, la del Golfo de California, que está en formación y eventualmente se convertirá en un nuevo Océano Pacífico”. Además, esta celebración debería ser de especial importancia para México, ya que desde la época colonial, la economía del país ha estado ligada a la riqueza de la Tierra.

“En la época colonial, el motor de la economía eran las minas de oro y plata, hoy tenemos una economía basada en los energéticos como el petróleo, del que depende más de la mitad de los ingresos fiscales y, por si fuera poco, tenemos un país con actividad sísmica, volcánica e hidrometeorológica intensa”.