Una vez que el campeón se ha percatado de la necesidad de involucrar al personal de alto nivel en la empresa, y de apostar por la innovación tecnológica avanzada, lo siguiente es trazar una secuencia virtuosa de trabajo.

Esta secuencia, explica el ingeniero, consta de tres pasos fundamentales: “uno, partir de una idea general de dónde se quiere explorar oportunidades, para entonces traer a la gente con competencias avanzadas en ese campo; dos, enfocarse en el desarrollo de las habilidades medulares: en qué queremos ser buenos y; tres, ligar los esfuerzos de innovación a los requerimientos del mercado, es decir, trabajar en soluciones a problemas reales; no en soluciones para problemas que no existen, utopías”.

“Este es un punto crucial que exige una gran sensibilidad del personal que está en contacto directo con el mercado, pues muchos de los grupos comerciales de las empresas sencillamente no saben cómo hacerlo, es todo un reto”, enfatiza.

Respecto al último punto, el ingeniero Rodríguez Sánchez precisa que aun cuando en las empresas los esfuerzos en investigación y desarrollo deben estar basados en el jalón de la demanda, antes que pensar en proyectos impulsados por la oferta, nunca debe descartarse esta última posibilidad, pues en el mundo de la ciencia y la tecnología la serendipia es una constante.

“Hay un término muy famoso en el ámbito de la ciencia y el desarrollo: serendipity, que implica encontrar algo cuando en realidad buscabas otra cosa, pero para que esto ocurra primero debes buscar, y para buscar debes tener una primera idea de aquello que deseas buscar, esa es la secuencia virtuosa.”

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