¿Qué relación hay entre la biomecánica y un par de zapatos? En apariencia, muy poca, pero bastará saber en qué consiste esta disciplina para comprender su importancia en nuestras vidas, incluso en el calzado.
Las investigaciones en biomecánica ayudan a predecir el comportamiento del cuerpo humano, así como a reforzarlo y optimizarlo artificialmente; permiten sustituir partes del cuerpo y propician el desarrollo de equipamiento clínico o quirúrgico.
En México, la biomecánica está apenas empezando a desarrollarse. Desde hace tres décadas existe un centro de investigación, en León, Guanajuato, la capital del calzado, donde se han conjuntado las necesidades del mercado, las inquietudes de los industriales y el conocimiento de los científicos mexicanos, auspiciado por el CONACYT; este es, el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas, CIATEC.
La biomecánica médica estudia el movimiento humano, a través de múltiples análisis (músculoesqueléticos, de tejidos y biomateriales, cardiacos, vasculares y respiratorios) y gracias a ello es posible proponer el diseño de calzado especializado para niños, pacientes diabéticos, deportistas y personas con capacidades diferentes, entre muchos otros.
En general, el ciudadano del siglo XXI es un consumidor muy exigente en sus gustos y en las características de sus prendas cotidianas, por tanto, en los países industrializados se pide que el calzado sea cómodo y de bajo costo. Las expectativas de los clientes se centran en diseños personalizados, y en ello se especializan los expertos en esta materia, provenientes de países como China, Vietnam, Brasil e Italia. Gracias a este impulso, se empieza a conocer en el mercado el término de calzado biomecánico como sinónimo de comodidad.
Los estudios más recientes de la biomecánica se concentran en el diseño de productos que siguen los planteamientos de la ergonomía, la antropometría y las condiciones generales de salud del pie, ya que el desarrollo cultural ha propiciado varios cambios de hábitos y preferencias.