Ciencia y Desarrollo CONACYT
JULIO DE 2006
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Amada Y. Escobedo
Francisco M. Goycoolea
Carlos VelÁzquez

ACEMANANA: ALIADA DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO

Mecanismo de acción

Se ha establecido que la acemanana ejerce un efecto sobre los macrófagos –células que ingieren y destruyen microorganismos y células infectadas o tumorales, ya sea de forma directa (inmunidad innata) o indirecta (inmunidad adaptativa)-, los cuales, con ayuda del sistema inmunológico, contribuyen a que el ser humano se restablezca por sí mismo de una infección.

Sin embargo, en la actualidad con la resistencia de bacterias, virus, etc., resulta necesario ingerir ciertas sustancias que contribuyen a una rápida y completa recuperación. En este sentido, acemanana actúa sobre los macrófagos ejerciendo un efecto aditivo en el sistema inmunológico, con lo que favorece la recuperación de enfermedades producidas por bacterias, virus, hongos, etcétera.

La destrucción de los agentes infecciosos mediante la inmunidad innata sucede cuando los macrófagos identifican, a través de sus receptores de membrana, tanto el microorganismo como la acemanana. Este reconocimiento ocurre al unirse la acemanana con el receptor específico D-manosa (ver glosario) y la bacteria con el receptor de lipopolisacáridos (ver diagrama); cuando se unen estos últimos al macrófago, se inicia el proceso de fagocitosis (ingestión) del agente infeccioso por medio de una especie de vesículas donde luego son desintegrados por moléculas que inactivan o eliminan microbios, por ejemplo: óxido nítrico, enzimas y otros.

En el caso de la inmunidad adaptativa, los macrófagos actúan como células presentadoras de los linfocitos T, microorganismos encargados de la respuesta inmune que liberan proteínas llamadas citocinas, activadoras eficientes de los macrófagos, en la destrucción de la partícula extraña.

Además, al actuar la acemanana sobre los macrófagos, éstos obtienen la capacidad de adquirir y procesar antígenos (sustancias extrañas que desencadenan respuestas inmunitarias específicas) en la piel, el aparato respiratorio y el aparato digestivo, para migrar a tejidos linfoides secundarios (tejidos del sistema inmune a escala celular) donde activan células T vírgenes (inmunidad innata). A su vez, dichas células activan a los linfocitos de memoria (inmunidad adaptativa) para que incrementen la respuesta inmune ante un segundo ataque, lo cual conlleva a una pronta recuperación del paciente.

Durante la erradicación de agentes infecciosos, se presenta el proceso de inflamación, donde se muestran diversas reacciones de defensa del organismo, provocando un cierto grado de lesión tisular (en el tejido). Sin embargo, dicha lesión suele presentar una extensión y una duración limitadas, resolviéndose a medida que se elimina. Cuando se ha exterminado la infección microbiana, viral, etcétera, se activa la interleucina IL-10 (conjunto de proteínas mensajeras), inhibiendo a los macrófagos para poner fin a las respuestas inmunitarias y devolver el sistema inmunológico a su estado normal.

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Cronología de investigaciones en inmunología 1798-1974
 
 

 

   
 
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