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Los efectos Seebek, Peltier y Thompson atrajeron
la atención de la comunidad científica
mundial, y fueron punto de partida para el desarrollo
de una muy amplia gama de investigaciones con distintos
materiales, así como de la inclusión
de los semiconductores. A partir de esto, en 1930
la física húngara Maria Telkes (1900-1995)
estudió las soldaduras de sulfuro de plomo
y aleaciones de antimonio de zinc (PbS y ZnSb),
y observó una mayor capacidad de enfriamiento,
con lo cual desarrolló el efecto de enfriamiento
termoeléctrico. Las soldaduras con nuevos
materiales semiconductores se investigaron cada
vez más, hasta llegar a los teluros y seleniuros,
los que más se han utilizado en la termoelectricidad.
El descubrimiento de la soldadura de teluro de plomo
y seleniuro de plomo (PbTe y PbSe), más el
gran conocimiento existente sobre semiconductores,
hizo que el físico soviético Abraham
Federovich Ioeffe publicara, en 1960, su extraordinario
libro Semiconductor Thermoelements (Elementos
térmicos semiconductores), en el cual se
da una visión muy clara de esta nueva línea
de investigación4.
A finales del siglo XX se comenzó el estudio
de los efectos termoelectro-magnéticos, es
decir, de la conversión directa de calor
en electricidad y de ésta en fenómenos
magnéticos. También aquí, las
preguntas de rigor acompañaron el inicio:
¿existe el proceso inverso, es decir, los
efectos magnetoelectrotérmicos?, ¿hay
otros tipos de efectos? Es probable que dentro de
poco tiempo podamos conocer las respuestas, y sus
posibles aplicaciones.
En nuestros días existe en el mercado especializado
gran variedad de placas de efecto Peltier (células
Peltier), las cuales son usadas como dispositivos
de enfriamiento. Esto no sucede con las placas de
efecto Seebek (células Seebek), las cuales
permiten, por lo general, generar corriente eléctrica,
sin embargo, se cree que en un futuro no lejano
se comercializarán a gran escala.
En la actualidad, las células Peltier son
las más comerciales, con un costo más
accesible. Para concluir, mencionaremos que algunas
de sus aplicaciones más frecuentes están:
en la fabricación de minirrefrigeradores
con alto rendimiento en enfriamiento; como dispositivo
de enfriamiento en depósitos de agua; y como
sistema refrigerante en microprocesadores para computadoras
con plataforma PC.
