“Tenía en mente hacer algo que ayudara a mi abuelo a valerse por sí mismo, ya que padece la enfermedad de Parkinson; quería que fuera capaz de tomar sus medicamentos”, explica. Con la ayuda de su mentor y las recomendaciones de sus compañeros, Miranda enfocó sus ideas al desarrollo de un brazalete similar al diseñado por Haiyan Zhang, el cual está formado por motores que emiten vibraciones contrarias a los movimientos del brazo —que, hasta hoy, es el dispositivo que más efectividad ha mostrado en el control de los movimientos causados por este padecimiento—. “Mi objetivo es diseñar una versión costeable, con materiales más baratos y accesibles para que cualquier persona pueda tenerlo; por el momento, estoy en la primera fase del proyecto”, menciona.

     Otro de los proyectos de Miranda es el desarrollo de una película capaz de administrar medicamento eficaz para la cicatrización de las úlceras por presión, ya que éstas constituyen uno de los mayores problemas en las personas que se encuentran por largos periodos en cama o silla de ruedas, pues tienden a desencadenar infecciones graves. “Por el momento, estoy en la búsqueda de plantas que sean eficaces, lo que también intento es aislar la herida y evitar su contacto con la humedad, ya que, habitualmente, es lo que genera las infecciones”, concluye. 

“Siempre me he sentido interesado por la ciencia y, al conocer este programa, no dudé en participar. Actualmente, estoy trabajando en un dispositivo de estimulación transcraneal por corriente oscilatoria para su posible aplicación en la enfermedad de Parkinson, así empecé a investigar más sobre esta enfermedad y comprenderla para poder buscar una opción.
     "Este dispositivo podrá estimular, con ondas oscilatorias, el núcleo subtalámico para que los síntomas de la enfermedad disminuyan”, platica. El año pasado, realizó el prototipo y probó su funcionamiento; “sin embargo —comenta—, aún no comprobamos si emite alguna onda; ahora estoy por comenzar la fase de pruebas con roedores para saber si realiza su objetivo”.

Tras cuatro años de asistir al programa Pauta, Raúl se encuentra desarrollando un robot asistencial para adultos mayores, porque “después de la automatización, los humanos se tendrán que dedicar a otras cosas… La gente decide tener cada vez menos hijos, la población envejece más rápido de lo que crece, por lo que, en un futuro, no habrá tanta gente para cuidar a los adultos mayores”, nos dice.
     Por el momento, Raúl se encuentra recolectando información sobre cuáles son los cuidados que debe tener un adulto mayor, y ver cuáles son compatibles con los movimientos que puede realizar el robot.

     Actualmente, este programa se encuentra operando en Chiapas, Morelos, Michoacán y la Ciudad de México; próximamente se abrirá en Querétaro y Nuevo León.