En momentos en que el país se apresta con rigor sanitario y médico a controlar el virus de la influenza humana, en que recibimos la noticia de que científicos nacionales han presentado el mapa del genoma de los mexicanos que permitirá nuevas esperanzas y oportunidades para una vida más saludable al prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión, obesidad, cáncer y diversas afecciones y generar medicamentos cada vez más eficaces para cada tipo de persona o padecimiento; en Ciencia y Desarrollo hemos incluido varios artículos que nos dan una idea de cómo ha evolucionado la medicina.

Desde su origen el hombre ha buscado la forma de mitigar el dolor, enfrentar el deterioro de la salud y los males del espíritu. Para ello ha recurrido a plantas medicinales, ritos basados en preparación de brebajes hasta desarrollar, con el paso del tiempo, lo que conocemos hoy día como medicina; pero esta evolución no ha sido de la noche a la mañana, sino ha sido producto de necesidad del hombre por alcanzar su bienestar personal y de los seres que le rodean.

Dos elementos básicos detonan la farmacéutica como negocio hasta ya entrado el siglo XIX: los remedios herbolarios y la consolidación de la química como ciencia aplicada a la medicina, pero es en el siglo XX cuando los humanos conocemos los primeros antibióticos, la insulina, los antihipertensivos, los antidepresivos y las primeras vacunas que han permitido erradicar enfermedades que en otras épocas han devastado a grandes poblaciones. Por otro lado, ejemplos como el de la terapia génica, que consiste en modificar el material genético de una célula para injertarle la información que le hace falta para reforzar su función como agente de sanación más contundente, así como el de los medicamentos de nueva generación llamados biotecnológicos que posibilitan crear fármacos mediante la modificación genética de otros seres vivos, nos muestran los alcances de la ciencia y la tecnología a pasos agigantados. Pero las nuevas enfermedades y las ya existentes que aún no tienen cura siguen ofreciendo retos sociales y económicos enormes, esto último porque debemos cuidar el impacto que los costos de las medicinas tienen en las poblaciones con ingresos limitados; la investigación debe continuar, su valor es intrínseco, pero no podemos olvidar que los primeros curanderos y médicos usaban sus conocimientos para ayudar a los enfermos sin condición social.

Como siempre, disfrute este número con las secciones acostumbradas que contienen las últimas noticias del conocimiento universal y nacional, y enhorabuena por nuestros científicos del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) que nos entregan en una hora decisiva para la salud de todos el mapa del genoma mexicano.