Quizá Newton, cuando niño, se preguntó alguna vez: ¿por qué al verse uno en un espejo, la imagen se invierte de izquierda a derecha, más no de arriba abajo…?
Es difícil imaginar cuánto se habrá escrito sobre Isaac Newton; sin embargo, es probable que poco se sepa de su interés por los espejos, interés que finalmente lo llevaría a idear una forma de telescopio (la más sencilla posible) que, por una parte, revolucionó la construcción de estos instrumentos y, por la otra, abrió a los amateurs de la astronomía la posibilidad de construir sus propios telescopios sin necesitar grandes laboratorios, o ser expertos en óptica, y en un tiempo y costo mínimos.
Efectivamente, el telescopio llamado newtoniano es el más fácil de construir debido a que, ópticamente sólo requiere dos espejos y un ocular, que puede ser una lupa cualquiera; uno de ellos es plano y el otro, es el objetivo del telescopio, cuya curvatura puede ser esférica, forma que resulta automáticamente al tallar el futuro espejo contra la herramienta destinada a ese fin.
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